viernes, 3 de diciembre de 2010

MANNEKEN CHRISTMAS BEER FESTIVAL

Si todavía no sabéis qué hacer en el puente que se nos viene encima, desde Pamplona nos proponen un festival de cervezas navideñas.
Más de 20 marcas diferentes de cervezas elaboradas para estas fechas, entre las que podemos encontrar Stille Nacht de De Dolle Brouwers, Abbaye Des Rocs Noel, Rulles Meilleurs Voeux, St Bernardus Christmas, St Feuillien Noel, Val Dieu Christmas, Bocq Christmas, Goliath de 33, 75 y 150 cl... y alguna sorpresita más que guardan para todo el que se quiera acercar hasta la cervecería a degustar estas maravillas belgas.
Cervecería MANNEKEN BEER
C/Íñigo Arista, 9 bajo
31007 Pamplona (Navarra)

domingo, 28 de noviembre de 2010

MAPA DE CERVECERÍAS

Antonio, uno de los socios, nos mandó hace un tiempo ínformación sobre su cafetería-cervecería. Nos comenta que ahora mismo tiene de barril la Budejovicky rubia y negra, y de botella unas 20 o 30 referencias que van variando. Encontramos en su carta una selección de cervezas de Alemania, Bélgica y Canadá.
En su blog podemos ver todas las cervezas que han ido pasando por su carta en los últimos tiempos: http://cafeteriaboulevard.blogspot.com/2008/11/boule-garagardoak.html

Cafetería BOULEVARD
Plaza Anzaran 11
Irun (Gipuzkoa)
tlf:943 536918



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domingo, 21 de noviembre de 2010

MAPA DE CERVECERÍAS

Ya presentamos esta cervecería en el momento de la inauguración, pero nos faltaba incluirla en el mapa, así que sumamos otra cervecería a la zona de Navarra. Decir que se ha incluído en la carta una ensalada con vinagreta de cerveza blanca, y unos choricillos a la Gueuze. La idea es seguir aumentando los platos hechos con cerveza.
Decir también que la carta sigue aumentando con cervezas itinerantes, y que en Diciembre se suman a ella alrededor de 30 cervezas de Navidad...

MANNEKEN BEER
C/íñigo Arista, 9 bajo
31007 Pamplona (Navarra)
tlf:948258104
www.mannekenbeer.com


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martes, 16 de noviembre de 2010

MAPA DE CERVECERÍAS

Después de pasar las 100 entradas, volvemos a la carga con nuevas cervecerías, a ver si vamos ampliando un poco más este mapa, que todavía nos queda mucho por descubrir. Hoy os presentamos una cervecería en Zaragoza, llamada LA CEBADA, en la cual podemos encontrar una variada y extensa carta de cervezas belgas, con joyas como la Arabier, Lupulus, Nostradamus y otras muchas más, además de cervezas de otros países, hasta superar las 100 referencias (gracias por la información, por un lado, a Francisco, de La Maison Belge de Zaragoza, y por otro, a Luis Alberto, que han coincidido en mandarnos información sobre la misma cervecería (por algo será...))

Cervecería LA CEBADA
C/Caminos del Norte, 24
50014 Zaragoza (Zaragoza)
Tlfno: 976090983


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domingo, 31 de octubre de 2010

La número 100

Hace tiempo que no dispongo del tiempo suficiente para actualizar tanto como me gustaría este blog. Empecé un proyecto titánico, como alguien lo bautizó en su día, el de juntar en un sólo mapa las mejores cervecerías del país, teniendo sólo en cuenta las cartas de cervezas y sus grifos, olvidando quiénes son sus dueños, sus objetivos y sus ideas. Pedí la colaboración ciudadana, que aunque escasa, ha llegado, y gracias a todos los que os habéis molestado en escribirme, hemos descubierto alguna cervecería más de las que se mueven por la red. Hoy, aunque hace casi un mes que no escribía, me decidí a subir al mapa alguna cervecería que me ha llegado ultimamente desde Zaragoza, Madrid... pero me he encontrado con que es la entrada número 100, y he querido remarcarlo, porque, aunque actualizo cada bastante tiempo, hay bastantes seguidores que siguen visitándome día a día, con la ilusión de encontrar una nueva cervecería en algún punto del mapa. A todos ellos, doy las gracias por seguir ahí, y espero que sigáis mandando cervecerías interesantes, para que, poco a poco, vayamos configurando el mapa de cervecerías más completo de España.
Sigo también con mi colección virtual de cervezas, las cuales no me da tiempo ni de fotografiar. Se me van acumulando ya más de 100 (y diría que más de 200), en unas cajas, a la espera de encontrar un poco de tiempo para hacerles la ficha y unirlas a las demás cervezas que he ido probando a lo largo de estos años. El problema es que pruebo demasiadas cervezas, como para poder llevar la colección medianamente al día.
Mi vida es un estrés cervecero, yo lo he elegido así, y espero seguir mucho tiempo, ganándome la vida alrededor de este maravilloso gran mundo, cada vez menos desconocido.

lunes, 27 de septiembre de 2010

MANNEKEN BEER


El pasado 16 de Septiembre se inauguró en Pamplona (calle iñigo Arista, 9) una nueva cervecería llamada Manneken Beer. Como podréis imaginar por el nombre, su carta se nutre de cervezas belgas, unas 140 para ser más exactos.
En ella, se pueden encontrar cositas como la gama Cantillon, un amplio surtido de botellas de 75cl, entre las que se encuentran las Rulles, la Chouffe houblon o la Achel extra entre otras maravillas.
Aunque la oferta de barril ahora mismo no sea acorde con la carta, prometen meter un barril itinerante en cuanto sea posible. Además, en un futuro no muy lejano, parece ser que en la carta de comida podremos encontrar platos hechos con cerveza (ahora mismo, ya se pueden degustar unos excelentes choricillos a la Lindemans Gueuze), y probablemente también podamos disfrutar de maridajes cerveceros. Para todo esto hará falta paciencia, pero esperemos que acabe llegando.
Así pues, podemos decir que la referencia cervecera en navarra acaba de nacer.

martes, 10 de agosto de 2010

MAPA DE CERVECERÍAS

Después de demasiado tiempo sin actualizar el mapa, se me estaba llenando el mail de cervecerías que merecen estar en él, y me he puesto manos a la obra. Hoy, gracias a Juanjo, conocemos 4 nuevas cervecerías en Madrid, que según parece, no tienen desperdicio;

L´EUROPE: Cervecería especializada en cervezas belgas, inglesas y alemanas, y que ultimamente tiene una gran selección de americanas, entre las que se encuentran varias de las Flying Dog.

KLOSTER: 6 Barriles y unas 50 botellas, es lo que nos ofrece esta cervecería, acompañada de buen jazz.

LA CASA DE LA CERVEZA: Con más de 10 barriles y una de las más amplias selecciones de botellin de Madrid, se convierte en una visita obligada.

EL ESTRIBO: Aunque en realidad es un pub, presume de ser uno de los pocos locales que poseen cervezas artesanales catalanas.


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Ya podéis ver el mapa actualizado, y como siempre os digo, si conocéis más detalles de alguna de las cervecerías que están, o conocéis alguna que no está y merece estarlo, no dudéis en mandármelas para que todo el mundo pueda disfrutar de ellas.

jueves, 5 de agosto de 2010

VIAJE A BÉLGICA; DÍA 4 (III)

El viaje seguía su curso, y a la llegada a Bruselas, decidimos que no merecía la pena perder el tiempo en el hotel, así que salimos rumbo a La Becasse

una curiosa cervecería que queríamos visitar mientras esperábamos al resto, para ir a nuestro último destino cervecero en Bélgica. Allí, en un ambiente divertido, pedimos unas gueuze de barril, por las cuales se diferencia este local del resto, y charlamos del viaje mientras observábamos al enérgico camarero que pululaba entre las mesas.

Cuando llegaron los demás, nos dirigimos al Moeder Lambic (el nuevo, abierto hace relativamente poco tiempo), una cervecería con más de 40 grifos diferentes, que deslumbra con sus cañeros a todo el que entra dentro y no se queda en su maravillosa terraza.


Nosotros, después de ver el interior, decidimos salir fuera a disfrutar del maravillosos tiempo que nos hizo los 5 días que duró el viaje. Creo que en Bélgica no veían el sol 5 días seguidos, desde tiempos muy remotos...
En fin, que nos sentamos y nos dispusimos probar todas las cañas que pudiéramos. Por la mesa fueron pasando muchas; Quintine Ambrée,



3 Fontaine oud gueuze,



Guldenberg,



XX Bitter

...y otras de las cuales no me acuerdo (no sé si por el tiempo que ha pasado hasta publicar este post, o por culpa de las cañas y la caña que llevábamos previamente...)






Después de unas cuantas cervezas, llegó la hora de cerrar el bar y con él, nuestro periplo cervecero por el país dividido. La gente salía de Bruselas temprano, y decidimos volver al hotel todos juntos. Nos despedimos y nos fuimos a dormir, sabiendo que el viaje que estaba terminando, probablemente había sido, para todos, el mejor viaje cervecero que se puede hacer por Bélgica hoy en día. Había salido todo redondo y habíamos rozado con nuestros dedos, el límite de la cerveza belga a día de hoy. Habíamos probado cervezas imposibles de beber hoy en día en nuestro país. Habíamos visitado microcervecerías espectaculares, y habíamos conocido a creadores y elaboradores de las cervezas que bebemos a diario, a cientos de kilómetros. Habíamos degustado comida hecha con cerveza. Y sobre todo, habíamos conocido gente que, como nosotros, vive por y para la cerveza, auténticos fervientes seguidores de este oro líquido, que son capaces de cualquier cosa por conocer y dar a conocer la cultura cervecera allí donde estén.
Un saludo a tod@s l@s que compartieron con nosotros este maravilloso viaje, y un millón de gracias a Cedric, de La Maison Belge, y a Enrique de Different Roads, sin los cuales, esta aventura no hubiera sido posible.



lunes, 2 de agosto de 2010

Viaje a Bélgica; día 4 (II)

Después de otro trayecto en bus, llegamos a las inmediaciones de la fábrica Caracole, en la cual teníamos reservada mesa y menú para comer. Disfrutamos del paisaje mientras llegábamos, ya que está situada en un entorno privilegiado de naturaleza y tranquilidad.


Cuando llegamos, nos estaban esperando. Llegábamos tarde, pero entendieron que nuestra agenda era demasiado como para poder respetar los horarios previstos. Antes de sentarnos a la mesa, nos recreamos con el interior del comedor, una decoración sobria pero cuidada, hacía del lugar un sitio muy acogedor.


El primer plato fue una ensalada con vinagreta de Troublette, la cerveza de trigo de la cervecería.


De segundo, nos pusieron una carbonade hecha con Nostradamus...



Y de postre un plato de quesos variados,

entre ellos uno afinado con Forestinne, cerveza que pudimos probar allí mismo, de las manos de su creador.


Toda la comida estuvo regada con las cervezas propias de la casa, y también nos dieron a probar un par de Forestinnes, ya que uno de los cocineros, era el creador de esta otra cerveza, y no quiso perder la oportunidad de darnos a probar sus creaciones.


Con la tripa llena, y bien llena, nos dispusimos a visitar la cervecería con una Nostradamus en la mano, a ver si así facilitaba la digestión.

Entre risas y anécdotas, conocimos el proceso de elaboración de estas fantásticas cervezas, que tienen como particularidad su ebullición, que se hace en hornos de leña.


Para seguir fieles a nuestra tradición del viaje, tuvimos que salir casi corriendo para que el chófer del bus no se cabreara más de lo que estaba.

Últimas compras en la pequeña tienda de la Brasserie, y vuelta al bus que nos llevaría a Bruselas, donde pasaríamos nuestra última noche, la cual todavía nos depararía alguna sorpresa más...

jueves, 29 de julio de 2010

Viaje a Bélgica; día 4 (I)

Nos levantamos temprano para disfrutar del que sería nuestro último día de visitas. Un desayuno abundante para coger fuerzas y rápidamente al autobús, no había tiempo que perder, ya que cada minuto es oro en este país.
Nos dirigimos hacia la abadía de Val Dieu con especial ilusión, ya que, aparte de ser una de mis cervezas de abadía favoritas (sobre todo la Brune), íbamos a conocer una zona de Bélgica en la que aún no habíamos estado. Una zona "montañosa" y de paisajes verdes alucinantes.


LLegamos a la abadía y nos recibió el dueño de la cervecería, situada en una de las alas de la misma. Como todo en esta vida no es sólo cerveza, nos hizo un recorrido guiado por las dependencias del monasterio, aunque no pudimos ver la iglesia porque estaban dando misa.

Nos contó un poco la historia de aquellas antiguas paredes, y nos enseñó los recovecos más interesantes antes de pasar a ver la cervecería.


Tras una breve explicación del proceso, pasamos al bar donde recibe a las visitas, y degustamos de barril todas las cervezas que hacen, acompañadas de unas buenas tapitas de queso.

Espectacular la Grand Cru de barril, que ayudó a que nos lleváramos un grato sabor de boca de esta visita, no sólo por la cerveza, sino por el trato recibido por el dueño de la cervecería, que vino a hacernos la visita en Domingo, y por el entorno maravilloso en el que está situada esta abadía. Una pena que no tuviéramos más tiempo para dar un paseo por los alrededores. Sin duda, una visita recomendada para todo viajero que se acerque a Bélgica.


Era casi la hora de comer, y teníamos reservada una mesa en la que sería nuestra última visita guiada de este viaje.

viernes, 23 de julio de 2010

Viaje a Bélgica; día 3 (II)

Tras un rato en el autobús, con parada incluída en una estación de servicio, para comprar unas latas de Jupiler (debe de ser típico entre los belgas), llegamos a nuestro siguiente destino; Amberes. Nos dirigimos raudos a nuestro objetivo, pasando rapidamente por la plaza mayor de la ciudad, por decir que habíamos visto algo.

Como decía, nuestro objetivo no era una visita turística, sino una cervecería, llamada KULMINATOR. La rareza de este templo cervecero, es que venden cervezas antiguas (o como diría alguno, "caducadas").

Nos perdimos un rato en su carta, viendo atónitos, cómo estaba estructurada, según el año de elaboración de las diferentes cervezas... Después de un buen rato y algún que otro quebradero de cabeza, fuimos eligiendo las que más nos llamaban la atención, teniendo en cuenta las que se supone que maduran mejor. La amable señora nos fue acercando y poniendo encima de la mesa nuestra selección;
Una Chimay de 1982...

Stille Nacht de 1999, una de las mejores cervezas que he bebido ultimamente, aunque por desgracia, no se cuál es la diferencia con una del año, ya que todavía no he tenido oportunidad de probarla...

La última que probamos y que me sorprendió tremendamente, fue la Carolus de 1975, otra cerveza que entró directamente entre las mejores cervezas que he bebido a lo largo de mi vida.

Una foto de familia de las cervezas polvorientas que degustamos.

Se hacía tarde, y aunque nos hubiéramos quedado el resto del día probando toda la carta, había que volver a Bruselas. Un último vistazo a uno de los almacenes, y vuelta al autobús que nos llevaría de regreso a nuestra ciudad dormitorio.

LLegamos poco antes de la hora de la cena, así que decidimos ir a comer algo. Para terminar el día con buen pie, decidimos conocer el Hoppy Loft, otro paraíso que se encuentra en la parte de arriba del Delirium Café (de hecho es parte de él).

El primer vistazo a la carta nos hizo darnos cuenta de que no estábamos en cualquier sitio, así que después de mucho pensar, decidimos cuál sería nuestra despedida para aquel increíble día;

Aunque la cerveza estaba increíble, he de reconocer que no fue la mejor opción para aquel momento, ya que después de nuestro periplo cervecero de todo el día, la cabeza ya no estaba para estas cosas...

Decidimos que ya era hora de descansar, porque el siguiente día era otro reto para nuestras papilas gustativas.

lunes, 19 de julio de 2010

Viaje a Bélgica; día 3 (I)

Comenzamos la mañana dando un paseo en barca por los canales de la ciudad.


Aunque a priori pueda parecer una atracción turística más, he de decir que me sorprendió gratamente esta visita, ya que da la posibilidad de descubrir la "otra Brujas", desde un ángulo diferente al que la conocimos el día anterior, paseando por sus calles. Después del paseo acuático, visita obligada a la tienda cervecera más importante de la ciudad, aunque a estas alturas, pocas sorpresas nos depararían ya este tipo de tiendas para turistas...


Una Belgoo Maxus en la terraza-bar de la tienda, y vuelta al hotel, a coger el autobús que nos llevaría a la abadía de Sint Sixtus, conocida mundialmente por sus cervezas Westvleteren.

El trayecto en bus se hizo corto, ya que la ilusión por tomar la que para muchos es la mejor cerveza del mundo lo eclipsaba todo. LLegamos a la puerta de la abadía, la foto de rigor, y rápidamente nos dirigimos a la cafetería del monasterio.


La primera decepción fue que no quedaba cerveza para comprar en la tienda, por lo que, nos iríamos con las manos vacías. Así que, nos dirigimos a la terraza del establecimiento, y nos dispusimos a tomar unas cervezas, acompañadas de algo de paté y queso. Pedimos la Westvleteren 6 para empezar,


y como íbamos justos de tiempo, seguidamente pudimos disfrutar de la 12;



Las cervezas estaban excelentes. No sé si serán las mejores cervezas del mundo, pero desde luego, lo que no se puede negar es que están entre las mejores. Llegados a este punto, me veo en la obligación de desmitificar un poco todo lo que rodea a esta cerveza. Creo que se ha generado una expectación excesiva gracias a trucos marketineros como que la producción es muy pequeña y sólo se vende en la abadía (cosa que no es del todo cierta, ya que en Brujas pudimos encontrarlas en la carta de un conocido restaurante). La verdad es que no creo que vuelva nunca a este lugar, ya que la sensación que me dejó es la de que unos monjes bastante listos, se aprovechan demasiado del tirón de sus cervezas, que, en principio, no son más que un pequeño negocio para conseguir fondos para el monasterio. Me queda la satisfacción de esperar que la gente se harte de sus abusos (mal servicio, camareros con cara de vinagre y desagradables, precios excesivos...), y las cervezas pierdan el éxito desmesurado que han conseguido a base de aprovecharse de la buena voluntad cervecera de la gente.


Nos montamos en el autobús con una rara sensación de satisfacción por haber bebido estas cervezas y haber estado en una de las Mecas cerveceras de Bélgica, a la vez que sentíamos una pequeña decepción por todo lo que os he comentado. Aún así, aún nos quedaría la última sorpresa, ya que una de las compañeras viajeras, había conseguido camelar a uno de los camareros, para que nos vendiera unas cervezas para el camino. Cometimos una de las mayores aberraciones que se pueden hacer con esta cerveza; BEBERLA A MORRO!!! Pensándolo fríamente, creo que fue nuestra gran venganza contra esos monjes que se aprovecharon de nuestra afición por la cerveza.

Entre risas y sentimiento de culpabilidad por beber Westvleteren 12 de la forma que estamos hartos de decir que no hay que beber la cerveza artesanal, emprendimos el viaje hacia nuestra próxima parada del día; Amberes.

martes, 29 de junio de 2010

La Ronda #25: Ese viaje soñado...

Llega el veranito, y con él, la ronda de este mes, con un tema que viene que ni pintado; cómo sería nuestro viaje soñado. Casualmente, casi a la vez que nos invitaban a la ronda, tuvimos la suerte de hacer realidad nuestro sueño (que por cierto, todavía estamos desgranando en varios post que ya están publicados, y otros que quedan por publicar). Siempre, o por lo menos desde que estuvimos la primera vez, quisimos hacer un viaje por Bélgica con visitas guiadas por cervecerías que nos enseñaran todo el proceso de elaboración, teníamos ganas de disfrutar de los mejores pubs del país, y lo hicimos, y además, tuvimos la suerte de hacerlo con un grupo cervecero de lo más adecuado para este tipo de viaje.
En fin, que el viaje soñado ya lo hemos hecho, aunque todavía nos quedan por realizar otros visjes, probablemente a Italia, República Checa, Alemania... pero tendrán que esperar a mejores tiempos.

viernes, 18 de junio de 2010

Viaje a Bélgica; día 2 (III)

Después de una pequeña y reconfortante siesta, gracias a la cual asimilamos todo lo que habíamos visto a lo largo de la mañana, llegamos sin enterarnos a Brujas.



Nos alojamos en el hotel, cerca del casco antiguo, y nos dispusimos a visitar la ciudad para estirar un poco las piernas. Disfrutamos de sus jardines, canales y arquitectura, y una vez visto lo más importante, nos dirigimos a una de las cervecerías que conocíamos de nuestro anterior viaje a esta bella ciudad.


Dimos un par de vueltas, pero al final conseguimos encontrarla, al fin y al cabo, sólo hacía dos años que habíamos estado, y Brujas no ha cambiado nada.



Es una cervecería curiosa, perdida en un recóndito callejón, pero que merece la pena visitar por su ambiente, pero sobre todo, por su carta de cervezas; extensa y con suficientes marcas no habituales como para perderte en ella más de una tarde, y de dos también.



No vimos a la dueña del local, una amable señora enamorada de la cerveza que chapurreaba español, pero el servicio fue de lo más correcto, gracias a unos camareros atentos y eficientes.



Envueltos en su agradable ambiente, amenizado por música clásica (la belga es otra cultura...), fueron cayendo unas cuantas cervezas entre risas y anécdotas cerveceras.


Cenamos el típico queso belga y algo de paté no menos típico, y para cuando nos dimos cuenta, era la hora de ir a descansar un rato, y prepararnos para despedirnos de esta pequeña cudad, y emprender viaje hacia uno de los monasterios cerveceros más visitados...