Hace un par de meses, viajamos hasta Haro para visitar una bodega. Es una actividad que me producía curiosidad, y aunque la cerveza me gusta más, la entiendo mejor, y satisface mis necesidades mucho más que el propio vino, quería ver de cerca ese mundo paralelo al de la cerveza. Quería ver y sentir de cerca cuáles eran las diferencias entre una industria totalmente consolidada, frente a una, la cervecera, que está dando todavía sus primeros pasitos, y le queda mucho camino por recorrer. Así pues, decidí buscar una buena bodega, que pudiera darme todo lo que necesitaba, y después de mucho buscar, me decidí por ir a Haro, en La Rioja.
A estas alturas, más de uno y de dos, se estarán preguntando qué hago hablando de vino, en un blog sobre cerveza... Pues bien, seguid leyendo y lo entenderéis, porque realmente no vamos a hablar de vino, sino de las posibilidades de la cerveza como producto turístico. Prosigamos...
Haro es un pueblo que vive del vino. Para bien o para mal, todo lo que lo rodea tiene que ver con esta bebida. La concentración de bodegas es impresionante, y la historia que desprenden muchas de ellas, digna de escuchar y admirar... Fue durante la visita a Viña Tondonia, la bodega más antigua de esa zona, y una de las más reputadas, cuando se me ocurrió elaborar este post. La parafernalia que rodea al vino, aplicada a la cerveza. ¿Se podría sacar beneficio en las micros, igual que se saca en las bodegas?¿ Es interesante para la gente acudir a una micro y aprender sobre cerveza? ¿Tendría tirón turístico el organizar actividades en las fábricas? ¿Podría ser una forma de sacar provecho de unas instalaciones costosas y muchas veces poco rentables? Son algunas de las preguntas que me fui haciendo mientras visitaba esta bodega centenaria, en la que ellos mismos hacen sus propias barricas, en las que elaboran el vino de forma artesanal igual que hace cien años, en las que las telarañas y las historias de las levaduras recuerdan a cervecerías como Cantillon...
Habrá alguno que piense que darle una dimensión turística a la cerveza es una tontería, pero dado el boom que estamos viviendo ahora mismo, yo pienso que no. Cada día es más la gente que se interesa por la cerveza artesana, por cómo se hace, dónde, quién, en qué condiciones... ¿Por qué no enseñárselo, ampliar esa cultura cervecera con contenidos de calidad, y de paso sacar tajada económica?
¿Acaso no sería interesante poder visitar una micro, que nos enseñaran las instalaciones, a elaborar una cerveza y nos explicaran el proceso in situ? Sí, ya sé que muchas lo hacen, y lo hacen gratuitamente, pero me refiero a profesionalizar la actividad. A dedicar tiempo, ese preciado tiempo siempre escaso, a sacarle rendimiento a los equipos de una forma diferente. El realizar visitas a una fábrica, el enseñar a la gente cómo se hace la cerveza, el permitirles participar en el proceso, va a hacer que la cultura cervecera aumente, en tamaño, y en interés. ¿Qué pasa en el mundo del vino? Una simple visita por las instalaciones con una explicación de las mismas, de los procesos y de las uvas, con una mini cata final de los vinos que se elaboran en la propia bodega, puede costar desde 15 hasta 30 euros o más, dependiendo de la bodega y de la cata. Esto se puede trasladar al mundo de la cerveza ampliando la oferta y haciéndola, si cabe, más atractiva. Sería cuestión de que cada cual viese sus opciones, pero, ¿Cuánto se podría cobrar por una visita a las instalaciones con una explicación de la propia mano del cervecero sobre la elaboración, el producto, los equipos... con una cata final, acompañada o no de una comida, de participar en el proceso de elaboración, con la posibilidad de llevarte a casa cerveza recién envasada...? Las posibilidades son múltiples, y yo creo que a algunos les puede interesar el tema. Es cuestión de darle un par de vueltas, y, como decía antes, que cada uno valore sus posibilidades, pero yo, personalmente, al BIRROTURISMO le veo futuro.
Ya se están haciendo cosas en torno a esto. Todavía a baja escala, pero poco a poco se puede ir aumentando la oferta. Hace unos meses os hablábamos de una casa rural cervecera, la gente de Guineapigs!, Medina y El oso y el Cuervo, están poniendo en marcha otro proyecto al que han llamado La Estación, Domus suele hacer actividades en su fábrica y seguramente habrá más proyectos en marcha o apunto de iniciarse.
Termino el post con el principio de un futuro post, de momento utópico, pero que quizás en unos años sea real: "Este fin de semana estuvimos en ese famoso pueblo cervecero en el que existen dos fábricas. Nos alojamos en los apartamentos que alguien alguna vez abrió para alojar a esa gente que se acerca desde puntos lejanos para disfrutar sin preocupaciones de las posibilidades que nos ofrecen los cerveceros de la zona. En una de las fábricas, elaboramos con ayuda de su maestro cervecero un lote de su famosa Pale Ale. En la otra, pudimos disfrutar de una visita completa a las instalaciones, en la que se nos dio todo tipo de explicaciones sobre el proceso, y pudimos entender mejor cuáles son las ventajas de la cerveza artesana frente a la industrial. También disfrutamos en la cervecería del pueblo de un buen menú maridaje, y después pudimos probar de grifo varias de las cervezas locales que lo han hecho famoso en la zona..."
Comparto tu visión y no creo que sea tan utópica. Es una buena forma de acercar la cerveza a la gente mientras desconectan de la rutina diaria y lo pasan bien, y de paso como dices el cervecero puede hacer algo de caja. Aquí en Valencia lo hace Tyris todos los sábados y les va estupendamente, siempre lleno... Explican como se hace, dan una visita a la fábrica, ves como elaboran y al final birra gratis sin limitaciones... Muchas risas, buen ambiente, conoces a gente... Así que si cambiamos ese feo entorno poligonero de esta fábrica por algún pueblito con encanto, en medio del campo, y ponemos algo de comida o cena y también opción para quedarse a dormir cerca, tienes una jornada completa. Yo sin duda lo pagaría.
ResponderEliminarMuy buen post, Iker, de verdad. A ver si le sirve de inspiración a alguien.
Muy buenas, y muy bueno el post. Espero que haya lugares de peregrinación de elaboración de cervezas a no mucho tardar. Mi birroturismo actual consiste en conocer alguna fabrica que se deja visitar y si no los bares, cervecerías y ferias. Pero creo que es una propuesta bien bonita y que hay público suficiente para que salga adelante. Un saludo desde Donostia!
ResponderEliminarYo no lo veo nada descabellado, es algo interesante y que llamaría la atención de mucha gente. Tengo un amigo que está empezando con casas rurales y ya le está dando vueltas a la idea de como introducir actividades cerveceras como extra. Quieras que no, llama la atención.
ResponderEliminarEso si, pienso que si lo haces, hay que hacerlo en condiciones, como bien dices. Estoy recién llegado de Bélgica y he visitado dos fábricas, me ha costado la visita 7 euros en cada una,De Halve Mann y Cantillon, y aún a riesgo de que me caigan collejas... la visita de la primera está muuuucho mejor montada que la segunda.
Cantillon mola, por lo que es, por como hacen la cerveza, pero te sueltan una parrafada en la entrada, te dan un libreto y te despachan. Por un lado está bien porque ves la fábrica sin prisas a tu bola, pero se echa mucho de menos que alguien te vaya explicando qué es cada cosa y cómo lo utilizan. Al final pruebas un par de sus cervezas (dos vasitos de unos 10cl).
En De Halve Mann, un guía te va explicando todo el proceso mientras te enseña la fábrica, pasas por todas las salas, responde las preguntas o dudas de la gente, etc. Finalmente te dan una cerveza de barril (33cl) para tomar tranquilamente.
En Cantillon había algo de gente (poca), en De Halve Mann estaban llenos casi todos los grupos (nosotros llegamos pronto, pero al salir había más jaleo). Vamos que a la gente le gusta hacer estas visitas y que les cuenten como se hace la cerveza, curiosidades, catas.
Ahora bien, para cobrar 20 o 30 euros, ya te tienen que ofrecer cosas, porque ese dinero, personalmente, yo no lo hubiera pagado por lo que he visto. Y eso que me gusta la cerveza ;-)
Cerveza Rudimentaria, en Cantillon hay la opción de una visita guiada más allá del folleto de explicación que te dan, eso sí, hay que esperar a juntarse con más gente. Te explican todo (en inglés eso sí) y te llevan por todos los rincones. Saludos!
ResponderEliminarA nosotros no nos dieron la opción, luego llegó más gente (se llegaron a juntar unas 8 personas) y fue igual. No sé si es que hay que reservar siendo un grupo grande o que depende de la época del año. Nos hicieron una introducción en inglés (como esperábamos), nos dieron el folleto y luego fuimos a nuestra bola por la fábrica :-)
ResponderEliminarUn saludo!!
Pues quizás fue eso, que solo es para grupos grandes que la contraten... A nosotros nos la explicó Alberto, del museo Cantillon, y luego fue uniéndose gente, y posteriormente llegó otro grupo con Jean, el cervecero, bastante numeroso. Ni idea, pero haberla la visita guiada, hayla... :P. Y al final del todo tienes una degustación gratis de 2 o 3 cervezas...
ResponderEliminarYo coincido en que en efecto es algo que tiene futuro. Me parece una forma didactica y divertida de dar a conocer a la gente el producto, que visiten las fábricas, que vean como se hace la cerveza y que las puedan degustar allí mismo.
ResponderEliminarMe parece muy buena idea la opción de ofrecer comida o incluso alojamiento, pero eso ya lo veo mucho más lejano...
Saludos!
Pau: Efectivamente lo de Tyris lo conocía, pero no sabía que lo hicieran asiduamente, ya que estuvimos en Valencia el año pasado en una despedida de soltero, y la visita a la fábrica fue una de las actividades. Es una forma de hacer cultura cervecera, aunque sea en un polígono!!! jeje
ResponderEliminarCervelicious: El birroturismo que practicamos todos es el que comentas, pero me gustaría que fuera un poco más allá, ya que la visita a la fábrica es interesante y a las cervecerías también, pero sería bonito que la oferta incluyera algo más para atraer a gente no tan friki como nosotros. Al fin y al cabo, alguien que no está muy interesado en la cerveza, no se va a molestar en ir simplemente a ver una fábrica...
Cerveza rudimentaria: Las visitas que comentas es lo que hice yo en Haro, más o menos. Una visita por la bodega/Fábrica, y un poco de vino/cerveza para justificar el precio de la entrada. Cuando hablo de visitas de 30 euros, está claro que hay que ofrecer algo más, ya sea en forma de cata, una comida o incluso un pack de "regalo" con alguna cerveza exclusiva para las visitas. La cuestión es encontrar la forma de incentivar esas visitas y que sea rentable tanto para la fábrica como para el visitante.
ResponderEliminarLo de las casas rurales cerveceras, pues es cuestión de darle un par de vueltas, poero desde luego que si las cosas se hacen bien, yo creo que aquí hay filón...
Humulus Lupulus: Como bien dices, tiene que ser una forma didáctica y divertida, para que la gente se adentre en el mundo cervecero un poco más. Sería interesante que el propio elaborador utilizara esta herramienta para dar a conocer su producto y darle un plus a su fábrica, aunque como bien dices, un paquete entero como el que simulamos al final del post, puede estar todavía muy lejos. Sin embargo, yo creo que entre todas las fábricas que han abierto sus puertas a lo largo y ancho del país, tiene que haber alguna con posibilidad de hacerlo, y de ser así, ya solo faltaría ponerle un poco de ganas y entusiasmo...
ResponderEliminarTODO ES PONERSE IKER, BUENA IDEA, CON EL TIEMPO LO HARÁN MAS ( Y NOS ACORDAREMOS DE CUANDO ENTRÁBAMOS GRATIS A LAS FÁBRICAS JAJAJA )
ResponderEliminarPOR CIERTO, NO ES MILANA, ES MEDINA LA QUE SE HA UNIDO CON LOS OTROS DOS PARA EL PROYECTO ESTACIÓN. UN SALUDO.
Gracias Jorge por el apunte, ¡Ya está corregido! ¡Menos mal que parece que esta gente no lee el blog, porque de lo contrario me veía corriendo por la pradera!
ResponderEliminarUn saludo.