Esta mañana nos levantábamos con una gran noticia en nuestro buzón de correo. Nos llegaba la noticia que tanto tiempo llevábamos esperando. Nace la AECAI, la Asociación Española de Cerveceros Artesanos Independientes. Una asociación cuyo objetivo es el fomento y la defensa del sector de la cerveza artesana en nuestro país. Hacía ya tiempo que hablábamos sobre la necesidad de una asociación que luchase por los derechos del sector y plantase cara a las prácticas abusivas de las grandes marcas, y por fín, gracias a la unión de varias cerveceras de la zona centro de la península (Domus (Toledo), Sagra (Toledo), La Virgen (Madrid), La Cibeles (Madrid), Dawat (Cuenca), San Frutos (Segovia) y Arriaca (Guadalajara)), parece que una unión de cerveceros va a ser posible.
jueves, 30 de abril de 2015
martes, 28 de abril de 2015
MAPA DE MICROS: GAMUS (MURCIA)
NOMBRE DE LA MICRO: Cerveza Artesana GAMUS
AÑO DE FUNDACIÓN: 2010
DIRECCIÓN: C/Ramón y Cajal 3
30520 Jumilla (Murcia)
TELÉFONO: 620 261 667
PÁGINA WEB: www.cervezagamus.com
EMAIL: cervezagamus@hotmail.com
FACEBOOK: https://www.facebook.com/CervezaArtesanalGAMUS
CERVEZAS DISPONIBLES:
viernes, 24 de abril de 2015
BREWPUB VS CERVECERÍA CONVENCIONAL VS MICROCERVECERÍA
Hace un tiempo que venía pensando en escribir un artículo sobre la relación de sinergia de varios de los agentes que operan en estos tiempos en el sector de la cerveza artesanal. Sinergia que dependiendo de la forma en la que afrontemos el negocio, puede convertirse en competencia. Una competencia feroz en un sector que está en auge, pero que, de momento, necesita más consumidores para seguir creciendo al ritmo que dicta y exige el mercado. Un mercado exigente que hace que los negocios se reinventen cada día.
Con el boom de la llamada cerveza artesanal, nuestro país ha sufrido cambios, no muy significativos, pero cambios al fin y al cabo, en el sector de la hostelería. En muchas ciudades, como consecuencia de la amplia oferta cervecera que existe hoy en día, han surgido cervecerías especializadas que se alejan del típico pub irlandés que conocíamos hasta hace no mucho, y en el que se dedicaban (se dedican) a vender las diferentes cervezas que las grandes marcas comerciales han ido adoptando en sus portafolios. Las cervecerías especializadas, en su mayoría, se dedican, con sudor y lágrimas, a difundir la cultura cervecera y a dar a conocer esas cervezas que, de momento, solo consume una pequeña parte de la población. Población, que por suerte, va creciendo día a día.
Con el boom de la llamada cerveza artesanal, nuestro país ha sufrido cambios, no muy significativos, pero cambios al fin y al cabo, en el sector de la hostelería. En muchas ciudades, como consecuencia de la amplia oferta cervecera que existe hoy en día, han surgido cervecerías especializadas que se alejan del típico pub irlandés que conocíamos hasta hace no mucho, y en el que se dedicaban (se dedican) a vender las diferentes cervezas que las grandes marcas comerciales han ido adoptando en sus portafolios. Las cervecerías especializadas, en su mayoría, se dedican, con sudor y lágrimas, a difundir la cultura cervecera y a dar a conocer esas cervezas que, de momento, solo consume una pequeña parte de la población. Población, que por suerte, va creciendo día a día.
lunes, 20 de abril de 2015
#LARONDA 32: PALE LAGER, ESTILO MALDITO
Después de unos días alejado de las teclas por distintas causas ajenas a mi voluntad, volvemos con una nueva aportación a La Ronda. Esta vez es Rul Tortuga, quien desde su blog, Tortubeer, nos insta a hablar sobre las Pale Lager, un estilo que puede que esté maldito, o simplemente haya varias razones para que haya quedado relegado a un segundo lugar...
¿Estilo maldito? No lo creo. Estamos hablando de un estilo que, ciertamente, las nuevas cerveceras, las micros, no han adoptado en sus portafolios como un estilo habitual. Pero no porque esté maldito, no. Hay varias razones evidentes por las que sigue siendo un estilo que las cerveceras grandes adoptan gustosamente, y los nuevos cerveceros desechan sistemáticamente. Las Pale Lager son la mayoría de las cervezas industriales que conocemos, las de consumo masivo, esas que la gente encuentra en el supermercado a precios de risa, y que, en esta sociedad enferma, en la que el Low Cost es uno de los peores enemigos (ya sé que esto no viene a cuento, pero tenía que decirlo), triunfan precisamente por eso, por el precio. Porque son accesibles para casi todo el mundo. Porque esa gente que no busca nada de especial en una cerveza, encuentra este estilo suficiente para saciar su sed, acompañar una barbacoa, o simplemente pasar un buen rato. Este estilo, que a priori parece tan rentable, lo es para las grandes cerveceras, pero no para las pequeñas, porque su proceso de producción es más complicado y costoso que el de cualquier ale.
Ésta es solo una razón por la que este estilo no triunfa en la vorágine de nuevas fábricas y cervezas que aparecen cada día. Es lógico pensar que alguien que quiere diferenciarse de lo ya existente, no elabore cervezas como las que ya existen y contra las que no puede luchar en precio. Sí en calidad, pero este es un aspecto en el que rara vez se fijará el consumidor habitual de este estilo de cerveza. Por eso, las grandes cerveceras de nuestro país no se preocupan de mejorar sus recetas y quitarles adjuntos a sus cervezas para acercarse a la calidad de cervezas del mismo estilo que sí se pueden encontrar en otros países con más tradición cervecera. Por eso, los nuevos cerveceros buscan estilos que las grandes cerveceras no trabajan, y en los que la calidad y otros factores sí son importantes, tan importantes, como para que el producto que nos ofrecen, valga lo que cuesta. Hoy en día, nuestro mercado cervecero secundario, está atestado de pale ales, ipas y estilos lupulados varios. Hemos escogido estos estilos por la novedad que supone en un mercado en el que el estilo pale lager es un monopolio de las grandes cerveceras. Hay micros que intentan entrar en este mercado pero, pese a que elaboran un producto de calidad (mayor calidad que el producto ya existente), el precio supone una barrera infranqueable, ante cervezas que llevamos consumiendo desde hace ya demasiado tiempo, y a precios inalcanzables para fábricas que, por su tamaño y viabilidad, tienen que buscarse la vida por otro lado.
¿Estilo maldito? No lo creo. Estamos hablando de un estilo que, ciertamente, las nuevas cerveceras, las micros, no han adoptado en sus portafolios como un estilo habitual. Pero no porque esté maldito, no. Hay varias razones evidentes por las que sigue siendo un estilo que las cerveceras grandes adoptan gustosamente, y los nuevos cerveceros desechan sistemáticamente. Las Pale Lager son la mayoría de las cervezas industriales que conocemos, las de consumo masivo, esas que la gente encuentra en el supermercado a precios de risa, y que, en esta sociedad enferma, en la que el Low Cost es uno de los peores enemigos (ya sé que esto no viene a cuento, pero tenía que decirlo), triunfan precisamente por eso, por el precio. Porque son accesibles para casi todo el mundo. Porque esa gente que no busca nada de especial en una cerveza, encuentra este estilo suficiente para saciar su sed, acompañar una barbacoa, o simplemente pasar un buen rato. Este estilo, que a priori parece tan rentable, lo es para las grandes cerveceras, pero no para las pequeñas, porque su proceso de producción es más complicado y costoso que el de cualquier ale.
Ésta es solo una razón por la que este estilo no triunfa en la vorágine de nuevas fábricas y cervezas que aparecen cada día. Es lógico pensar que alguien que quiere diferenciarse de lo ya existente, no elabore cervezas como las que ya existen y contra las que no puede luchar en precio. Sí en calidad, pero este es un aspecto en el que rara vez se fijará el consumidor habitual de este estilo de cerveza. Por eso, las grandes cerveceras de nuestro país no se preocupan de mejorar sus recetas y quitarles adjuntos a sus cervezas para acercarse a la calidad de cervezas del mismo estilo que sí se pueden encontrar en otros países con más tradición cervecera. Por eso, los nuevos cerveceros buscan estilos que las grandes cerveceras no trabajan, y en los que la calidad y otros factores sí son importantes, tan importantes, como para que el producto que nos ofrecen, valga lo que cuesta. Hoy en día, nuestro mercado cervecero secundario, está atestado de pale ales, ipas y estilos lupulados varios. Hemos escogido estos estilos por la novedad que supone en un mercado en el que el estilo pale lager es un monopolio de las grandes cerveceras. Hay micros que intentan entrar en este mercado pero, pese a que elaboran un producto de calidad (mayor calidad que el producto ya existente), el precio supone una barrera infranqueable, ante cervezas que llevamos consumiendo desde hace ya demasiado tiempo, y a precios inalcanzables para fábricas que, por su tamaño y viabilidad, tienen que buscarse la vida por otro lado.
jueves, 9 de abril de 2015
BEERCELONA
Como decía hace unos días, cada año aprovechamos la celebración del Barcelona Beer Festival para medir la temperatura cervecera que se vive en la ciudad. Una ciudad que es la envidia de todo el amante de la cerveza que vive lejos de ella, en otras ciudades en donde la realidad cervecera es bien distinta. Que en Barcelona se respire cerveza en cada esquina, no es casualidad. La tradición y cultura que existe alrededor de ella, tampoco. La base es sólida y antigua ya. Una conocida y ya extinta asociación sentó las bases, y el tiempo, el turismo y varias coincidencias más han hecho el resto. Barcelona es, a día de hoy, referente en el panorama cervecero nacional, y lejos de estancarse, cada año abren locales nuevos, brewpubs, tiendas, bares, y todo tipo de negocios en torno a esta bebida, que parece no tener límites.
Nos gusta visitar estos nuevos negocios cerveceros, por un lado, porque nos gusta saber por dónde van los tiros y los nuevos modelos de negocio, y por otro, porque supone un reto para nosotros estar al día en este mundillo. Así que, lejos de estar todo el fin de semana metidos en el recinto del BBF, decidimos salir a conocer mundo, una vez más, y nos acercamos a los distintos locales que llevábamos apuntados en la agenda.
Llegados el Viernes al mediodía, el primero en recibir nuestra visita fue un viejo conocido; BIERCAB. Estuvimos el año pasado, pero es un sitio al que hay que volver una y otra vez. Una oferta cervecera sin competencia ya sería excusa suficiente para volver, pero es que además, hace unos meses abrieron la tienda, así que nos acercamos a conocerla, a comer en el bar, y a probar alguna cosilla que habíamos visto que tenían pinchada. La tienda, espectacular. Neveras para mantener las cervezas en perfectas condiciones, un almacén refrigerado con el mismo fin, en el cual además guardan los barriles de la cervecería, y la atención de Andrés, además de merchandising, camisetas y curiosidades varias, le aseguran a este espacio el éxito que está cosechando. La comida de la cervecería, que ya la conocíamos de nuestra anterior visita, de muy buen nivel, acompaña perfectamente a las cervezas que llenan sus grifos. No quisimos estar demasiado tiempo aquí, así que fuimos a tiro hecho. Alguna vieja conocida, y otras que no se encuentran fácilmente, fueron nuestras cañas para empezar el fin de semana con buen pie: Cantillon Rosé de Gambrinus, Cantillon St. Lamvinus, BFM Abbaye de St. Bon Chien. Hoppin´ Frog Doris y Stille Nacht. Una forma espectacular de calentar nuestros paladares.
Con el objetivo cumplido de estar el tiempo justo y necesario en este templo cervecero, nos dirigimos hacia el recinto del festival. Antes de llegar, hicimos una parada técnica en un local que nos habían recomendado en las Ramblas. KAELDERKOLD es el nombre impronunciable de este pequeño pero acogedor local. Como distribuidor oficial de Hornbeer, una cervecera que en su día pudimos probar en el Freiburg, y que teníamos ganas de volver a beber, la mayoría de grifos eran de esta marca, pero dado el buen nivel de sus cervezas, no nos importó demasiado, aunque quizás la oferta de ellas era desproporcionada para nuestro gusto. Nos decidimos por la Grisk, y por la Imperial Ipa, y nos sorprendió gratamente, que los 15 grifos los tenía divididos en tres bloques a diferentes temperaturas. Un muy buen detalle que habla por sí solo del trato que reciben las cervezas en este lugar. El Viernes era el día elegido para pasarlo en el recinto del BBF, así que hacia allí dirigimos nuestros pasos, y pasamos gran parte de la tarde-noche metidos entre las paredes del Museu Marítim.
Al salir de allí, y aprovechando que no era muy tarde, decidimos acercarnos a conocer otro local de apertura reciente que nos habían recomendado. BLACKLAB es un brewpub espectacular, en el que se combina cerveza propia y comida. Grande, bien situado, con una amplia terraza, y una cerveza más que aceptable, lo tiene todo para triunfar en esta ciudad. Tendrá que mejorar el servicio, del que mejor ni hablamos, ya que hubo varios detalles en muy poco tiempo, que dejaron a la vista las carencias del local en este sentido. En cuanto al brewpub en sí, una gran cristalera nos permite ver la maquinaria y un buen número de grifos dispensan las cervezas propias, además de algunas otras de fuera. Probamos la Claudia Ipa (muy buena), una amber ale llamada El Importador (bastante flojita) y su imperial Ipa Pew & Awl (aceptable), que cumplieron con su deber perfectamente. Tendremos que volver porque el potencial de este local es tremendo.
El Sábado era el día destinado a las visitas de locales cerveceros, así que, después de pasar un rato por el festival, nos acercamos a la zona del "Brewxample" a comer y a conocer varios bares de los que habíamos oído maravillas. Antes de pasar a conocer el Brewdog Bar, paramos a comer justo en el local de al lado. OMÁ BISTRO es un pequeño local en el que se combina una pequeña pero bien organizada carta de comida con 6 grifos de cerveza. Quizás no sea nada del otro mundo en el entorno en el que está, pero es el bar que a todos nos gustaría tener en nuestra ciudad. El binomio de buena comida, con buena cerveza, no siempre es fácil de encontrar. Aquí bebimos la famosa Pilsner Urquell sin filtrar, que, la verdad, es un honor haber probado, pero no supuso ningún hito en nuestra vida cervecera...
Justo al lado, como os comentaba, se encuentra el BREWDOG BAR. Otro éxito seguro. Pon en tu vida la marca del perro cervecero, y échate a dormir. Si, además, montas un bar como este, con una cuidada decoración industrial, agradable y con 18 grifos por los que pasan cervezas tanto de los escoceses, como internacionales, además de algunas nacionales, ya no hace falta nada más... Bueno sí, actividades en torno a la cerveza, como catas y demás, que parece que también van a estar a la orden del día. El único pero, la pizarra en la que anuncian los grifos, para mi gusto, extremadamente confusa. Bebimos un par de cañas de Beavertown, la Bloody´ ell y la Appleation, y una Brooklyn Blast!, y seguimos con nuestro periplo cervecero.
Teníamos ganas de volver a 2D2DSPUMA, aquel local que conocimos hace ya unos años, y que hacía un par que no visitábamos. Se ha quedado un poco lejos del centro neurálgico cervecero, pero merece la pena acercarse por allí. Su punto fuerte es la cerveza de AKI, como ellas la llaman, y en base a ella han dinamizado su negocio. Pasamos por la tienda (espectacular la amplia selección de cervezas que allí se reúnen) a echar un vistazo, y nos dispusimos a tomar un par de cañas antes de volver a la zona del L´Eixample, en la que aún nos quedaban sitios que conocer. El par de cañas se convirtieron en unas cuantas más, y es que, cuando estás a gusto en un sitio, el tiempo pasa volando. Por nuestra mesa desfilaron la pale ale de Sierra Nevada, la Cowboys From Hops, Call of Cthulu y Quadrupel 2013 de Keltius y la Vinya Hop de Marina. Nos despedimos de Susana y María y dirigimos nuestros pasos en busca de algún sitio nuevo que nos diera algo para hacer base y enfilar la recta final del día.
Ya de vuelta en la zona cervecera de la ciudad, nos acercamos hasta GARAGE, otro brewpub de reciente apertura. Efectivamente, parece lo que su propio nombre indica. Es un local amplísimo, con la maquinaria al fondo detrás de una cristalera, una música excesivamente alta, y una buena selección de cervezas inglesas, además de las suyas propias. La comida, bien, y las cervezas también. Probamos su ipa, que no estaba mal aunque era mejorable, y bebimos alguna Fourpure y Arbor, dos cerveceras a las que seguir la pista de aquí en adelante.
Con todos los objetivos cumplidos, no nos quedaba más que acabar la noche en la acera de enfrente, en el bar en el que empezamos el fin de semana. El Biercab nos esperaba con unos cuantos barriles de muy alto nivel, y la que fue, sin duda, la mejor cerveza que probamos en este viaje. La Pirate Bomb! de Prairie Artisan nos dejó boquiabiertos y totalmente enamorados. Os recomendamos que si la veis alguna vez, no la dejéis escapar...
El Domingo era día reservado para el festival y para la vuelta, así que, lamentablemente, no hubo tiempo para más. Se quedó algún local nuevo en el tintero, pero la verdad es que bastante hicimos, y además, ¡así tenemos excusa para volver el año que viene!
Nos gusta visitar estos nuevos negocios cerveceros, por un lado, porque nos gusta saber por dónde van los tiros y los nuevos modelos de negocio, y por otro, porque supone un reto para nosotros estar al día en este mundillo. Así que, lejos de estar todo el fin de semana metidos en el recinto del BBF, decidimos salir a conocer mundo, una vez más, y nos acercamos a los distintos locales que llevábamos apuntados en la agenda.
Llegados el Viernes al mediodía, el primero en recibir nuestra visita fue un viejo conocido; BIERCAB. Estuvimos el año pasado, pero es un sitio al que hay que volver una y otra vez. Una oferta cervecera sin competencia ya sería excusa suficiente para volver, pero es que además, hace unos meses abrieron la tienda, así que nos acercamos a conocerla, a comer en el bar, y a probar alguna cosilla que habíamos visto que tenían pinchada. La tienda, espectacular. Neveras para mantener las cervezas en perfectas condiciones, un almacén refrigerado con el mismo fin, en el cual además guardan los barriles de la cervecería, y la atención de Andrés, además de merchandising, camisetas y curiosidades varias, le aseguran a este espacio el éxito que está cosechando. La comida de la cervecería, que ya la conocíamos de nuestra anterior visita, de muy buen nivel, acompaña perfectamente a las cervezas que llenan sus grifos. No quisimos estar demasiado tiempo aquí, así que fuimos a tiro hecho. Alguna vieja conocida, y otras que no se encuentran fácilmente, fueron nuestras cañas para empezar el fin de semana con buen pie: Cantillon Rosé de Gambrinus, Cantillon St. Lamvinus, BFM Abbaye de St. Bon Chien. Hoppin´ Frog Doris y Stille Nacht. Una forma espectacular de calentar nuestros paladares.
Con el objetivo cumplido de estar el tiempo justo y necesario en este templo cervecero, nos dirigimos hacia el recinto del festival. Antes de llegar, hicimos una parada técnica en un local que nos habían recomendado en las Ramblas. KAELDERKOLD es el nombre impronunciable de este pequeño pero acogedor local. Como distribuidor oficial de Hornbeer, una cervecera que en su día pudimos probar en el Freiburg, y que teníamos ganas de volver a beber, la mayoría de grifos eran de esta marca, pero dado el buen nivel de sus cervezas, no nos importó demasiado, aunque quizás la oferta de ellas era desproporcionada para nuestro gusto. Nos decidimos por la Grisk, y por la Imperial Ipa, y nos sorprendió gratamente, que los 15 grifos los tenía divididos en tres bloques a diferentes temperaturas. Un muy buen detalle que habla por sí solo del trato que reciben las cervezas en este lugar. El Viernes era el día elegido para pasarlo en el recinto del BBF, así que hacia allí dirigimos nuestros pasos, y pasamos gran parte de la tarde-noche metidos entre las paredes del Museu Marítim.
Al salir de allí, y aprovechando que no era muy tarde, decidimos acercarnos a conocer otro local de apertura reciente que nos habían recomendado. BLACKLAB es un brewpub espectacular, en el que se combina cerveza propia y comida. Grande, bien situado, con una amplia terraza, y una cerveza más que aceptable, lo tiene todo para triunfar en esta ciudad. Tendrá que mejorar el servicio, del que mejor ni hablamos, ya que hubo varios detalles en muy poco tiempo, que dejaron a la vista las carencias del local en este sentido. En cuanto al brewpub en sí, una gran cristalera nos permite ver la maquinaria y un buen número de grifos dispensan las cervezas propias, además de algunas otras de fuera. Probamos la Claudia Ipa (muy buena), una amber ale llamada El Importador (bastante flojita) y su imperial Ipa Pew & Awl (aceptable), que cumplieron con su deber perfectamente. Tendremos que volver porque el potencial de este local es tremendo.
El Sábado era el día destinado a las visitas de locales cerveceros, así que, después de pasar un rato por el festival, nos acercamos a la zona del "Brewxample" a comer y a conocer varios bares de los que habíamos oído maravillas. Antes de pasar a conocer el Brewdog Bar, paramos a comer justo en el local de al lado. OMÁ BISTRO es un pequeño local en el que se combina una pequeña pero bien organizada carta de comida con 6 grifos de cerveza. Quizás no sea nada del otro mundo en el entorno en el que está, pero es el bar que a todos nos gustaría tener en nuestra ciudad. El binomio de buena comida, con buena cerveza, no siempre es fácil de encontrar. Aquí bebimos la famosa Pilsner Urquell sin filtrar, que, la verdad, es un honor haber probado, pero no supuso ningún hito en nuestra vida cervecera...
Justo al lado, como os comentaba, se encuentra el BREWDOG BAR. Otro éxito seguro. Pon en tu vida la marca del perro cervecero, y échate a dormir. Si, además, montas un bar como este, con una cuidada decoración industrial, agradable y con 18 grifos por los que pasan cervezas tanto de los escoceses, como internacionales, además de algunas nacionales, ya no hace falta nada más... Bueno sí, actividades en torno a la cerveza, como catas y demás, que parece que también van a estar a la orden del día. El único pero, la pizarra en la que anuncian los grifos, para mi gusto, extremadamente confusa. Bebimos un par de cañas de Beavertown, la Bloody´ ell y la Appleation, y una Brooklyn Blast!, y seguimos con nuestro periplo cervecero.
Teníamos ganas de volver a 2D2DSPUMA, aquel local que conocimos hace ya unos años, y que hacía un par que no visitábamos. Se ha quedado un poco lejos del centro neurálgico cervecero, pero merece la pena acercarse por allí. Su punto fuerte es la cerveza de AKI, como ellas la llaman, y en base a ella han dinamizado su negocio. Pasamos por la tienda (espectacular la amplia selección de cervezas que allí se reúnen) a echar un vistazo, y nos dispusimos a tomar un par de cañas antes de volver a la zona del L´Eixample, en la que aún nos quedaban sitios que conocer. El par de cañas se convirtieron en unas cuantas más, y es que, cuando estás a gusto en un sitio, el tiempo pasa volando. Por nuestra mesa desfilaron la pale ale de Sierra Nevada, la Cowboys From Hops, Call of Cthulu y Quadrupel 2013 de Keltius y la Vinya Hop de Marina. Nos despedimos de Susana y María y dirigimos nuestros pasos en busca de algún sitio nuevo que nos diera algo para hacer base y enfilar la recta final del día.
Ya de vuelta en la zona cervecera de la ciudad, nos acercamos hasta GARAGE, otro brewpub de reciente apertura. Efectivamente, parece lo que su propio nombre indica. Es un local amplísimo, con la maquinaria al fondo detrás de una cristalera, una música excesivamente alta, y una buena selección de cervezas inglesas, además de las suyas propias. La comida, bien, y las cervezas también. Probamos su ipa, que no estaba mal aunque era mejorable, y bebimos alguna Fourpure y Arbor, dos cerveceras a las que seguir la pista de aquí en adelante.
Con todos los objetivos cumplidos, no nos quedaba más que acabar la noche en la acera de enfrente, en el bar en el que empezamos el fin de semana. El Biercab nos esperaba con unos cuantos barriles de muy alto nivel, y la que fue, sin duda, la mejor cerveza que probamos en este viaje. La Pirate Bomb! de Prairie Artisan nos dejó boquiabiertos y totalmente enamorados. Os recomendamos que si la veis alguna vez, no la dejéis escapar...
El Domingo era día reservado para el festival y para la vuelta, así que, lamentablemente, no hubo tiempo para más. Se quedó algún local nuevo en el tintero, pero la verdad es que bastante hicimos, y además, ¡así tenemos excusa para volver el año que viene!
lunes, 6 de abril de 2015
BBF 2015, ALLÍ ESTUVIMOS
Por cuarto año consecutivo, acudimos a una de las citas cerveceras del año en el país. Con la excusa del festival, nos acercamos una vez al año a la ciudad cervecera por excelencia, Barcelona, en la que medimos la temperatura del mundillo cervecero. Como cada año, tres días se nos quedaron cortos, lo cual quiere decir, que esto avanza a un ritmo vertiginoso, ya que intentamos conocer los lugares nuevos que cada año se abren en la ciudad condal, alrededor de nuestra bebida favorita. Pero como esto es otro tema, lo trataremos en otro post en los próximos días.
Hablemos del festival. Como ya hemos dicho antes, hemos estado en cada una de las ediciones que se han celebrado hasta ahora, y hemos vivido in situ, la evolución del mismo, todos los cambios que ha sufrido, y el trabajo que los organizadores hacen para que cada año, sea mejor y nos siga apeteciendo recorrer la distancia que nos aleja del centro neurálgico cervecero del país. Como cada año, las novedades han sido pensadas al milímetro, y ejecutadas a la perfección, haciendo que nuestra visita haya sido plenamente satisfactoria, y nos hayamos vuelto a casa con ganas de que llegue la siguiente edición.
Este año, se dio más importancia al sector profesional. Desde nuestro punto de vista, todo un acierto, ya que es el único festival a nivel nacional en el que se encuentran la gran parte de los activos del mundillo. En este fin de semana, en torno a esta gran fiesta cervecera, se reúnen gran cantidad de cerveceros, distribuidores y gerentes de locales y tiendas cerveceras, que aprovechan (aprovechamos) para, además de probar producto que normalmente no llega a todas partes, conocer y saludar a la gente con la que el resto del año hablas por teléfono y mail. Personalmente no participamos en las actividades ideadas a nivel profesional (por falta de tiempo como mayor excusa), aunque agradecemos el enorme esfuerzo que la organización realiza para que estos encuentros se lleven a cabo.
Como cada año, la oferta de cerveza fue apabullante. Más de 300 cervezas nacionales e internacionales, pinchadas en más de 60 grifos que estuvieron expendiendo cerveza durante los tres días, sin parar. La calidad de las cervezas cada año es mayor, y la selección supongo que más difícil, pero creo que este año se ha hecho un buen trabajo de criba, y se ha conseguido un muy buen nivel cervecero. Además, este año, como novedad, estaba el Cask Corner, con unas cuantas bombas de mano que dispensaban los famosos Cask ingleses, que en nuestro caso, pasaron sin pena ni gloria por nuestros vasos, seguramente, por nuestra falta de experiencia en este tipo de cerveza...
Es evidente que pasamos unas cuantas horas en el recinto, y que nos dio tiempo de probar alguna que otra cerveza. En nuestro caso, es difícil encontrar cervezas que nos llamen la atención por desconocimiento o por imposibilidad de conseguirlas a través de distribuidores, así que nuestra búsqueda por los grifos suele ser bastante desesperante. De todas formas, como decía, alguna que otra probamos, con diferentes resultados y sensaciones; Squawk "Been Brothers Expresso Stout", Alphabet "Força" y "Hop Damn", BBF "Hops & Hopes 2015", Bevog "Deetz Kolsch", Brewerkz "XIPA", Cantillon "Gueuze", Great Heck "Shankar Ipa" y "Amish Mash", Marduk "Pilsner", Mikkeller "Vilde dag", Pohjala "Mutant Disco", Red Church "Mosaic Doble Ipa", Tacoa " Canary Honey Bock", Weird Beard "Five O´Clock Shadow" y alguna más que escapó a nuestros bolígrafos y guías cerveceras del festival, fueron nuestras elecciones, guiados por nuestros sentimientos, recuerdos y curiosidad. En general, la sensación que nos quedó, fue la de haber acertado en nuestras apuestas. Quedaron muchísimas cosas en el tintero que nos hubiera gustado probar, pero como no quisimos hipotecar nuestro fin de semana por ninguna cerveza en especial, tendremos que esperar a mejor ocasión para hacerlo.
Pero como no todo van a ser elogios, aquí van unos cuantos tirones de orejas, que esperamos sirvan para mejorar el festival en años venideros:
Como veréis, entre las elegidas no hay ni una sola cerveza americana, otro de los platos fuertes del evento, anunciado a bombo y platillo. Nos reservamos el Domingo por la mañana para probar esas maravillas venidas desde el otro lado del charco, que se pincharían, en exclusiva, en ese corto espacio de tiempo. Retrasamos incluso nuestra vuelta para probar cervezas de Dogfish, Firestone, Lagunitas, Green Flash... Y qué grande fue nuestra decepción cuando no vimos ni una sola de ellas en los tiradores esa resacosa mañana de Domingo. Las únicas cervezas americanas que pudimos probar fueron la Hilliards "Pilsener", New Holland "The Poet", Victory "Golden Monkey" y Due South "Southern Saison", todas ellas de estilos lejanos a esas ipas, imperial ipas y cervezas lupuladas con las que habíamos soñado la noche anterior. Días después hablamos con la organización, que amablemente nos contó que el problema había sido de la Brewers Association y la climatología, que evitó que las cervezas se enviaran a tiempo. Las cervezas no llegaron, y punto. La organización de un evento de tal magnitud es complicada, y atar todos los cabos es imposible. Comprendemos que pueda haber fallos que escapen al control de los organizadores, pero hubiera sido un gran detalle que se hubiera avisado de esto, porque se sabía de antemano, y había gente que acudiría el Domingo por la mañana con la única intención de probar estas cervezas que, de otra manera, es imposible que lleguen hasta nuestro país...
Otro pequeño pero molesto "fallo", a nuestro entender, es el de la forma de anunciar los tiradores. La pizarra gigante es un golpe de efecto brutal y muy divertida, pero pierde la practicidad por la rápida rotación de los barriles. Ya se ha hablado mucho de este tema en otros blogs, y también lo hablamos in situ con el grupo de gente que estuvimos en el festival, en el que hay varios desarrolladores de software que estarían encantados de hacer una aplicación que solucionara el engorroso sistema de búsqueda y elección de cervezas. Podríamos hablar largo y tendido sobre las posibilidades que una sencilla app daría al festival. De hecho, en festivales como el Borefts de De Molen, ya se han visto aplicaciones muy prácticas que facilitan la elección y el conocimiento de las cervezas.
Y por último, como cada año, nadie sabe cuándo se van a pinchar sus barriles. Supongo que será un tema de intereses de la organización, ya que creo que sería bastante sencillo ordenar los barriles como ya se hace, y dar unas pequeñas nociones de cuándo se va a pinchar cada uno. No digo que se anuncie a qué hora y qué día se pinchará cada barril, porque comprendo que es imposible, pero simplemente anunciando el orden de cada tirador, ya sería un gran avance en este tema que cada año, da verdaderos quebraderos de cabeza a asistentes, elaboradores y organización...
Queremos que estos pequeños peros se entiendan como pequeñas críticas constructivas, ya que, por lo demás, el festival, una vez más, fue de 10. Desde aquí, solo nos queda felicitar a todo el equipo del BBF por el gran trabajo que hacen para dar a conocer al mundo la cerveza artesanal, y por organizar este pedazo de evento que esperamos con ansia año tras año.
¡En 2016 nos volveremos a ver por Barcelona, sin duda!
Hablemos del festival. Como ya hemos dicho antes, hemos estado en cada una de las ediciones que se han celebrado hasta ahora, y hemos vivido in situ, la evolución del mismo, todos los cambios que ha sufrido, y el trabajo que los organizadores hacen para que cada año, sea mejor y nos siga apeteciendo recorrer la distancia que nos aleja del centro neurálgico cervecero del país. Como cada año, las novedades han sido pensadas al milímetro, y ejecutadas a la perfección, haciendo que nuestra visita haya sido plenamente satisfactoria, y nos hayamos vuelto a casa con ganas de que llegue la siguiente edición.
Este año, se dio más importancia al sector profesional. Desde nuestro punto de vista, todo un acierto, ya que es el único festival a nivel nacional en el que se encuentran la gran parte de los activos del mundillo. En este fin de semana, en torno a esta gran fiesta cervecera, se reúnen gran cantidad de cerveceros, distribuidores y gerentes de locales y tiendas cerveceras, que aprovechan (aprovechamos) para, además de probar producto que normalmente no llega a todas partes, conocer y saludar a la gente con la que el resto del año hablas por teléfono y mail. Personalmente no participamos en las actividades ideadas a nivel profesional (por falta de tiempo como mayor excusa), aunque agradecemos el enorme esfuerzo que la organización realiza para que estos encuentros se lleven a cabo.
Como cada año, la oferta de cerveza fue apabullante. Más de 300 cervezas nacionales e internacionales, pinchadas en más de 60 grifos que estuvieron expendiendo cerveza durante los tres días, sin parar. La calidad de las cervezas cada año es mayor, y la selección supongo que más difícil, pero creo que este año se ha hecho un buen trabajo de criba, y se ha conseguido un muy buen nivel cervecero. Además, este año, como novedad, estaba el Cask Corner, con unas cuantas bombas de mano que dispensaban los famosos Cask ingleses, que en nuestro caso, pasaron sin pena ni gloria por nuestros vasos, seguramente, por nuestra falta de experiencia en este tipo de cerveza...
Es evidente que pasamos unas cuantas horas en el recinto, y que nos dio tiempo de probar alguna que otra cerveza. En nuestro caso, es difícil encontrar cervezas que nos llamen la atención por desconocimiento o por imposibilidad de conseguirlas a través de distribuidores, así que nuestra búsqueda por los grifos suele ser bastante desesperante. De todas formas, como decía, alguna que otra probamos, con diferentes resultados y sensaciones; Squawk "Been Brothers Expresso Stout", Alphabet "Força" y "Hop Damn", BBF "Hops & Hopes 2015", Bevog "Deetz Kolsch", Brewerkz "XIPA", Cantillon "Gueuze", Great Heck "Shankar Ipa" y "Amish Mash", Marduk "Pilsner", Mikkeller "Vilde dag", Pohjala "Mutant Disco", Red Church "Mosaic Doble Ipa", Tacoa " Canary Honey Bock", Weird Beard "Five O´Clock Shadow" y alguna más que escapó a nuestros bolígrafos y guías cerveceras del festival, fueron nuestras elecciones, guiados por nuestros sentimientos, recuerdos y curiosidad. En general, la sensación que nos quedó, fue la de haber acertado en nuestras apuestas. Quedaron muchísimas cosas en el tintero que nos hubiera gustado probar, pero como no quisimos hipotecar nuestro fin de semana por ninguna cerveza en especial, tendremos que esperar a mejor ocasión para hacerlo.
Pero como no todo van a ser elogios, aquí van unos cuantos tirones de orejas, que esperamos sirvan para mejorar el festival en años venideros:
Como veréis, entre las elegidas no hay ni una sola cerveza americana, otro de los platos fuertes del evento, anunciado a bombo y platillo. Nos reservamos el Domingo por la mañana para probar esas maravillas venidas desde el otro lado del charco, que se pincharían, en exclusiva, en ese corto espacio de tiempo. Retrasamos incluso nuestra vuelta para probar cervezas de Dogfish, Firestone, Lagunitas, Green Flash... Y qué grande fue nuestra decepción cuando no vimos ni una sola de ellas en los tiradores esa resacosa mañana de Domingo. Las únicas cervezas americanas que pudimos probar fueron la Hilliards "Pilsener", New Holland "The Poet", Victory "Golden Monkey" y Due South "Southern Saison", todas ellas de estilos lejanos a esas ipas, imperial ipas y cervezas lupuladas con las que habíamos soñado la noche anterior. Días después hablamos con la organización, que amablemente nos contó que el problema había sido de la Brewers Association y la climatología, que evitó que las cervezas se enviaran a tiempo. Las cervezas no llegaron, y punto. La organización de un evento de tal magnitud es complicada, y atar todos los cabos es imposible. Comprendemos que pueda haber fallos que escapen al control de los organizadores, pero hubiera sido un gran detalle que se hubiera avisado de esto, porque se sabía de antemano, y había gente que acudiría el Domingo por la mañana con la única intención de probar estas cervezas que, de otra manera, es imposible que lleguen hasta nuestro país...
Otro pequeño pero molesto "fallo", a nuestro entender, es el de la forma de anunciar los tiradores. La pizarra gigante es un golpe de efecto brutal y muy divertida, pero pierde la practicidad por la rápida rotación de los barriles. Ya se ha hablado mucho de este tema en otros blogs, y también lo hablamos in situ con el grupo de gente que estuvimos en el festival, en el que hay varios desarrolladores de software que estarían encantados de hacer una aplicación que solucionara el engorroso sistema de búsqueda y elección de cervezas. Podríamos hablar largo y tendido sobre las posibilidades que una sencilla app daría al festival. De hecho, en festivales como el Borefts de De Molen, ya se han visto aplicaciones muy prácticas que facilitan la elección y el conocimiento de las cervezas.
Y por último, como cada año, nadie sabe cuándo se van a pinchar sus barriles. Supongo que será un tema de intereses de la organización, ya que creo que sería bastante sencillo ordenar los barriles como ya se hace, y dar unas pequeñas nociones de cuándo se va a pinchar cada uno. No digo que se anuncie a qué hora y qué día se pinchará cada barril, porque comprendo que es imposible, pero simplemente anunciando el orden de cada tirador, ya sería un gran avance en este tema que cada año, da verdaderos quebraderos de cabeza a asistentes, elaboradores y organización...
Queremos que estos pequeños peros se entiendan como pequeñas críticas constructivas, ya que, por lo demás, el festival, una vez más, fue de 10. Desde aquí, solo nos queda felicitar a todo el equipo del BBF por el gran trabajo que hacen para dar a conocer al mundo la cerveza artesanal, y por organizar este pedazo de evento que esperamos con ansia año tras año.
¡En 2016 nos volveremos a ver por Barcelona, sin duda!
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