
Veamos qué puede pasar en cada eslabón:
(Inciso aclaratorio; Como todo en este blog, es simplemente una opinión y un punto de vista propio, no quiere decir ni que esté sucediendo tal cual lo describo, ni que vaya a pasar lo que aquí escribo, de hecho, espero equivocarme en más de una cosa, por el bien del sector)
PRODUCTORES:

La mayoría de fábricas han optado por la solución de emergencia que supone montar una tienda online y mandar la cerveza directamente a sus clientes finales, con descuentos, promociones y en muchos casos hasta regalos por pedido, ya que la competencia es feroz, el público más bien escaso, y el tiempo corre demasiado rápido en contra del producto. Ha sido una forma de ir sacando stock de latas y botellas, y de no parar por completo la producción para poder seguir pagando facturas y empleados, pero seguramente para muchos, el problema se agrava cuando seguimos sin saber cuándo volverán a funcionar los miles de grifos que tienen que dispensar esa cerveza que todavía queda parada en las neveras de las fábricas. ¿Seguir elaborando lotes o parar por un tiempo? He ahí la cuestión... Ahora mismo la situación en muchas de ellas, seguramente será dramática.
DISTRIBUIDORES:
El sector de la distribución de cerveza craft en España, todavía estaba en pleno desarrollo. Existen varios importadores, y multitud de distribuidores grandes, pequeños y regionales que han visto como de la noche a la mañana, todos sus almacenes han quedado en stand by. A lo largo y ancho del país habrá multitud de cámaras frigoríficas y almacenes repletos hasta la bandera de producto que deberían haber vendido a tiendas y bares hace semanas. A duras penas estarán sacando algo de producto, atendiendo a tiendas y comercios online, pero seguramente no será suficiente para que la actividad sea rentable. Si a esto le sumamos las devoluciones de recibos que habrán recibido de sus clientes de hostelería, como ya hemos dicho antes cerrados a cal y canto, los impagos, y el futuro cercano que se dibuja, se me antoja complicada la situación de más de uno y más de dos. El que ha podido también se ha unido a la venta online y reparto a domicilio, pero esto no deja de ser una estrategia de emergencia en la mayoría de los casos, sobre todo para distribuidores regionales. Así que, visto lo visto, seguirá adelante el que no tenga mucha carga de gastos fijos, y el que sepa jugar bien su baza cuando la normalidad se empiece a vislumbrar. Hay gente que se queja de que en muchos casos no dan valor añadido al producto, así que podría ser que los tiros fueran por ahí. Quién sabe...

Las tiendas y bares especializados han sido otro de los estandartes golpeados con dureza. El cierre de la persiana de un día para otro, aunque se veía venir, dejó a muchos atados de pies y manos, recibiendo una mísera ayuda en el mejor de los casos, y con una estructura de gastos fijos totalmente asesina con la facturación a cero. Algunas tiendas y bares que tenían la tienda online montada, han visto cómo sus ventas a través de este canal han crecido, y en algunos casos se han disparado, pero en la mayoría de los casos, por no decir todos, seguramente tampoco sea suficiente. Hosteleros y tenderos miran con recelo al futuro, un futuro incierto en el que el miedo a las aglomeraciones acecha, y en el que según parece, algunas costumbres cambiarán para siempre.
Bares de grifos múltiples con almacenes de barril parado, pensando cada día que pasa cómo y cuándo será la vuelta. Cómo estará esa cerveza cuando pueda volver a correr por los circuitos y cuánta gente querrá beberla. Tiendas con estanterías acumulando polvo y viendo cómo la fecha de consumo preferente avanza sin retorno, pensando cada día que pasa, qué pasará cuando vuelvan a abrir, ¿volverá la gente a comprar físicamente? ¿Cuándo podrán volver a juntar a unas cuantas personas en torno a una mesa a disfrutar de una cata?
CLIENTE FINAL:
El cliente final podríamos decir, y siempre entrecomillándolo, que ha sido el gran "beneficiado"de la situación gracias a la necesidad de cada uno de los eslabones de sacar la cerveza de sus almacenes de cualquier forma lo antes posible. Como comentaba antes, muchos han sido los descuentos, regalos, portes gratuitos y demás artimañas que hemos podido ver en redes estas semanas. La competencia ha sido feroz, y el cliente de a pie, dentro de lo malo, ha podido seguir bebiendo la cerveza que adora en casita tranquilamente. No es lo mismo que hacerlo en un bar, una tienda con grifos o un taproom en la fábrica, pero menos es nada...

La verdad es que es muy difícil saber qué nos deparará el futuro cuando esto vaya pasando... Demasiado difícil. Podemos intuir que la vuelta a una medio normalidad costará varios meses. La gente va a tardar en volver a los bares y restaurantes, ha sido demasiado tiempo confinados y mucha gente ahora es más reticente a los espacios cerrados y aglomeraciones. Así pues, los bares, restaurantes y tiendas abrirán, y quizás sean éstas últimas las primeras que recobren parte de su clientela habitual, al fin y al cabo, la suerte en este sector es que el cliente es fiel y la cercanía y el trato personal han sido desde siempre seña de identidad en este mundillo. Habrá multitud de clientes que prefieran comprar la cerveza en la tienda especializada, para después beberla en casa, lejos de otras personas y lugares con gente.
Los bares especializados volverán a abrir, probablemente con la grifería mermada o reducida para poder dar salida y rotación a los barriles ante el descenso de público. Y costará que el flujo de cerveza alcance los números pre-Covid, costará mucho, en algunos casos, años. Ante esta apertura de la hostelería, poco a poco las fábricas podrán ir dando salida a esos barriles que quedaron parados en sus almacenes de frío allá por Marzo. Pero para esto, antes habrán tenido que vaciar sus neveras los distribuidores intermedios, y esto también costará. Costará mucho. ¿Nos tendremos que olvidar por un tiempo de beber la cerveza tan fresca como exigíamos hasta ahora? Pues quizás sea uno de los peajes que tengamos que pagar si queremos aportar nuestro granito de arena al sector, ya que, al fin y al cabo, una buena ipa elaborada en Marzo y guardada en frío, en Julio estará buena, muy buena, casi como el primer día. Por suerte, la calidad de las elaboraciones en este país, es más que suficiente como para poder ofrecer un buen producto con ese tiempo de vida y conservado en condiciones adecuadas. Aún así, tocará arrimar el hombro a todos y todas los que amamos este sector, porque quizás la vuelta no sea tan trágica como he pintado en este post, pero, a poco que sea la mitad de lo que nos tememos, será igualmente dramática.
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