Hace unos días, Joan Birraire desde su blog, nos proponía la sexta edición de su evento bloguero-patillero. El Finde Fondo de Armario, es un evento en el cual los blogueros abrimos nuestras despensas y aprovechamos el fin de semana señalado para bebernos esas cervezas que por falta de oportunidades, o por no encontrar ocasión idónea para ello, se han ido quedando al fondo del armario acumulando polvo y envejeciendo. Este envejecimiento es el que muchas veces nos echa para atrás a la hora de dar salida a estas cervezas, que han ido ganando valor con el tiempo transcurrido, y cada vez que decidimos abrirlas, nos da pena porque llevan ya demasiado tiempo en la despensa, redondeándose unas veces, y estropeándose otras.
Dicho esto, ayer cogí mi frontal, y me adentré en las catacumbas de mi armario de guarda. Mi armario de guarda no es lo más adecuado para estas joyas envejecidas, pero ya que llevan aquí bastante tiempo, tampoco las voy a cambiar de sitio ahora, no vaya a ser que con el cambio de aires se me estropeen. Solo me quedan cuatro botellas de las que en su día guardé como recuerdo de una aventura llamada La Maison Belge. Cuando echamos el cierre de aquella tienda que con tanta ilusión abrimos en su día, guardé algunas botellas de 75cl para beberlas más adelante. Todas ellas belgas, y más o menos del mismo estilo, un estilo al que le favorece la guarda, o eso dicen, para más adelante ver cómo habían evolucionado. Llevaban desde 2008 metidas en un armario, y creo que ya iba siendo hora de darle salida a alguna de ellas.
La decisión era difícil. Mirándolas una a una, tenía que elegir entre la Val Dieu Grand Cru caducada el 07/10, la Carolus Christmas del 10/11, la N´Ice Chouffe del 08/10 o la Chimay Reserve del 2007. Después de valorar el tiempo pasado, y la capacidad de cada una de ellas para mejorar con el tiempo, me decidí por la N´Ice Chouffe, esa vieja conocida que año tras año sigo reprobando siempre que puedo. "Caducada" desde Agosto de 2010, y no guardada en las mejores condiciones para ello, no voy a negar que no me diese miedo abrirla. Y es precisamente eso, lo que muchas veces no nos deja abrir nuestras joyas. Ese miedo irracional a que una cosa que llevamos tanto tiempo guardando, nos decepcione por no llegar a cumplir las expectativas que tenemos puestas en ella.
Dejados los prejuicios a un lado, y con el recuerdo de aquella tarde en el Kulminator, en el que bebimos varias cervezas envejecidas durante muchos más años que éstas, me dispuse a deschapar la edición navideña de la cervecería de los enanitos. Al echarla en la copa vi con gran alegría que la cerveza todavía conservaba bastante espuma, símbolo de que muy mal, en principio, no estaba. El aroma había variado de la edición del año. Mi recuerdo de otros años, es que en nariz esta cerveza es afrutada y especiada. Después de varios años de guarda, el aroma es licoroso y alcohólico, quizás demasiado. Ya no queda fruta ni especias, solo un leve olor a malta vieja. Ese olor tan característico de las cervezas belgas con unos cuantos años de guarda. En boca, también más licorosa que la edición del año, y con ese deje maltoso que ya había detectado en nariz. Sinceramente, me la bebí muy pero que muy a gusto. La disfruté durante un par de horas largas, en las que los recuerdos y las sensaciones me invadían, mientras pensaba si realmente merece la pena guardar botellas durante tanto tiempo, para después, a los años disfrutarlas de otra manera. La conclusión fue que sí. Eso sí, la pena que me da hoy el habérmela bebido, y que ya no esté en mi armario de guarda, no me la quita nadie... A ver cuándo llega el siguiente #FFdA para abrir otra de estas maravillas que tengo esperándome pacientemente.
Joder Iker, ¡quién las pillara de 2008! Me encantaría poder probar esa Val-Dieu Grand Cru con tanto tiempo, a ver qué tal le sentaba. Las demás o lo he probado añejo o me lo puedo más o menos imaginar :-). La Chimay es una maravilla.
ResponderEliminarPor cierto, desconocía lo de la Maison Belge. ¡Un abrazo y gracias por participar!
Pues sí, lo de La Maison Belge es parte de nuestro pasado cervecero cercano... La Val Dieu, pues ya te avisaré en el próximo FFdA o en el del siguiente año, y si te viene bien te pasas... jeje
EliminarUn saludo!
Qué gozada de cerveza! Brindar por recuerdos pasados sabe bien, y más si como es tu caso el paso adelante fue para montar algo tan grande como es hoy en día el Manneken. Salud y gracias por tu experiencia! Un saludo Iker!
ResponderEliminarP.D. De las otras me quedo con esa Gouden Carolus, me encanta esa cerveza y con el tiempo imagino que habrá limado asperezas y dulzores...
La verdad es que la Carolus es una de mis preferidas llegadas estas fechas, junto con la St Bernardus Christmas, que también me gusta volver a beberla cada año...
EliminarMe quedo con lo que comentas en el último párrafo. Absolutamente cierto que valga la pena guardar botellas para ver cómo evlolucionan a lo largo de los años sobre todo una cerveza que conoces tan bien como la que te tomaste para poder comparar mucho mejor.
ResponderEliminarEnhorabuena por la cerveza que te bebiste y gratamente asombrado de lo que te quedad guardado.
Un saludo
Pues sí, vale la pena guardarlas, aunque algunas veces tengamos que sacrificar a cambio algunas uñas...jaja
EliminarHOLA IKER, ME ALEGRO DE QUE HAYAS DISFRUTADO DEL FFDA Y TE HAYA HECHO REMEMORAR TIEMPOS PASADOS.
ResponderEliminarYA SABES QUE YO NO SOY MUCHO DE AÑEJAR BOTELLAS ( APOSTA ) Y PREFIERO LAS BIRRAS FRESCAS, PERO DE VEZ EN CUANDO HAY QUE LIARSE LA MANTA A LA CABEZA JAJAJAJ
UN SALUDO COMPI!
Esto es como todo... al principio no te gustan las añejadas, pasas de ellas, pero poco a poco te vas enganchando...jejeje Tiempo al tiempo!
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