Stille Nacht de 1999, una de las mejores cervezas que he bebido ultimamente, aunque por desgracia, no se cuál es la diferencia con una del año, ya que todavía no he tenido oportunidad de probarla...
La última que probamos y que me sorprendió tremendamente, fue la Carolus de 1975, otra cerveza que entró directamente entre las mejores cervezas que he bebido a lo largo de mi vida.
Una foto de familia de las cervezas polvorientas que degustamos.
Se hacía tarde, y aunque nos hubiéramos quedado el resto del día probando toda la carta, había que volver a Bruselas. Un último vistazo a uno de los almacenes, y vuelta al autobús que nos llevaría de regreso a nuestra ciudad dormitorio.
LLegamos poco antes de la hora de la cena, así que decidimos ir a comer algo. Para terminar el día con buen pie, decidimos conocer el Hoppy Loft, otro paraíso que se encuentra en la parte de arriba del Delirium Café (de hecho es parte de él).
El primer vistazo a la carta nos hizo darnos cuenta de que no estábamos en cualquier sitio, así que después de mucho pensar, decidimos cuál sería nuestra despedida para aquel increíble día;
Aunque la cerveza estaba increíble, he de reconocer que no fue la mejor opción para aquel momento, ya que después de nuestro periplo cervecero de todo el día, la cabeza ya no estaba para estas cosas...
Decidimos que ya era hora de descansar, porque el siguiente día era otro reto para nuestras papilas gustativas.