Hace unos días, a raíz del artículo sobre la nueva cervecería trapense americana, os comentaba que me había sorprendido al descubrir ciertas noticias. Es verdad que últimamente no he estado muy atento a la actualidad cervecera clásica, pero me extrañó que se me hubiera escapado una noticia como la que os cuento en este post.
Cuando empecé a investigar sobre la nueva trapense, me sorprendió que las cervecerías con sello, ya no eran las 7 que conocíamos; Achel, Chimay, La Trappe, Orval, Rochefort, Westmalle y Westvleteren. En los últimos tiempos se han sumado otras cuatro. Tres de las que ya conocía su existencia, Engelszell, Mont Des Cats (la cual seguiré investigando, ya que parece ser que realmente no tiene el sello trapense porque elabora en Chimay mientras desarrollan su propia fábrica) y Spencer , y otra, que es la que hoy nos ocupa, de la cual no había oído hablar nunca hasta ahora; Zundert.
Zundert está ubicada en un pequeño pueblo holandés, muy cerca de la frontera con Bélgica. La cerveza en cuestión pertenece a la abadía Abdij María Toevlucht, y la cervecería se conoce bajo el nombre de "cervecería trapense de Kievit". La historia de este monasterio es similar a otros de la orden. Los monjes viven en él desde 1900, y durante décadas se dedicaron a la agricultura y la ganadería, pero en el año 2009 termina su actividad por diversas razones. Es entonces cuando deciden crear una cervecería para poder mantener la abadía, y después de diversos estudios y formaciones, comienzan a construir la fábrica en 2012. A principios de Diciembre de 2013 se da por inaugurada la fábrica y reciben el sello trapense, convirtiéndose en la novena cerveza trapense (del número en cuestión se podría hablar largo y tendido).
La cerveza que elaboran según definen ellos mismos, es "una cerveza de fuerte personalidad, un poco rebelde, tal como los monjes de la abadía, no muy pesada, no muy oscura, color dorado-ámbar, especiada y de 8% ABV".
A raíz de estos posts sobre cervezas trapenses, me he dado cuenta de que muchas veces dejamos de lado temas que consideramos triviales, sencillos o pasados de moda, cuando en realidad nos dan una oportunidad inmejorable para ampliar nuestros conocimientos sobre cosas que teníamos olvidadas. Creo que éste no será el último post de esta serie de entradas trapenses...
Yo vuelvo a lo mismo...como no lleguen por aquí y no podamos disfrutarlas pues como si hay 25 trapenses...
ResponderEliminarBueno Rubén, también pensábamos en su día que nunca llegaríamos a probar la Westvleteren a menos que viajásemos hasta el mismo monasterio, y sin embargo, con el tiempo, se ha convertido en una cerveza más asequible... Quizás la Spencer sea más difícil que llegue, pero ésta, no me cabe la menor duda que antes o después, acabaremos probándola en nuestras casas...
ResponderEliminarYa lo sé, si es por quejarme un poco jejeje
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