lunes, 23 de febrero de 2015

#LARONDA 30: FERIAS Y FESTIVALES CERVECEROS

Hacía tiempo que unas cuantas ideas rondaban por mi cabeza sobre este tema, un tema que, por otra parte, ha sido tocado en más de una ocasión por bloggeros y gente del mundillo cervecero. Tengo una opinión sobre las ferias y los festivales, pero quería saber qué pensaban el resto sobre ellas, y es por esto que me decidí a convocar esta Ronda, en torno a este tema.
Lo primero, podríamos entrar a discutir sobre las diferencias entre una feria y un festival. Por ahorrarme problemas, en principio no diferenciaré entre ellos, ya que me parece que las ideas que tengo son perfectamente válidas para los dos. Dicho esto, pasemos a analizar el panorama festivalero del que disfrutamos en nuestro país. 
En los últimos años, con el boom de la cerveza artesanal, han surgido infinidad de ferias, festivales, y eventos varios en torno a esta bebida. A primera vista, pueden parecer una herramienta más de difusión de la cultura cervecera (que lo son), pero si ahondamos un poco más, veremos que como negocio, no son tan lucrativos como pudieran parecer. En estos últimos tiempos, lejos de aquellas ferias selectas que existían hace años, nos encontramos con que cualquiera organiza una feria en su pueblo, en su barrio, o incluso, en su bar o centro comercial. No hay un fin de semana en todo el año en el que no se celebre alguna feria. Pero... ¿Es beneficioso esto para el sector, o todo lo contrario? 
Si cada día hay más micros en el país, en principio, debería de haber productores para llenar todas las ferias, ¿o no? 
Vayamos por partes. En primer lugar, y después de hablar con varios productores, todos coinciden en afirmar que las ferias no son rentables, o por lo menos, no la gran mayoría de ellas. El asistir a una feria, conlleva un gran número de gastos, que muchas veces, no se sufragan con las ventas que se realizan a lo largo del evento. Muchas veces, ni tan siquiera consiguen recuperar parte de la inversión. Esto da qué pensar. Como productor, no debe ser nada fácil escoger bien las ferias a las que asistir, ya que lejos de ganar dinero, parece que lo que hay que buscar es la difusión de la marca. También están los compromisos y colegueos entre cerveceros, pero eso ya es otra historia.
Volviendo a la rentabilidad de las ferias, pensemos por un momento cómo debería ser la feria ideal. Una feria ideal en la que el productor ganase dinero sería una feria con una asistencia masiva de público, que gaste mucho en la feria, pero que, además compre para llevarse a casa. Una feria bien organizada en la que los cerveceros tengan facilidades para vender el género. Con buen tiempo, todo funciona mejor, y si además está cerca del centro de una ciudad grande, y con buenas conexiones, mejor que mejor. Pensándolo fríamente, creo que no recuerdo ninguna feria con estas características en este país.
Entonces, ¿qué es lo que tiene que buscar un productor cuando asiste a una feria? La teoría dice que las ferias son para mostrar el producto, para darse a conocer entre la gente de a pie, y para sembrar semillas de las que poder recoger sus frutos en el futuro. Pero la realidad es bien distinta, y creo que aquí viene uno de los problemas de las ferias cerveceras. Las ferias son utilizadas en muchos casos por los productores para intentar ganar dinero. Sí, ya sé que he dicho que muchas de ellas no son rentables, pero es una forma de sacar género a buen precio (los precios en las ferias son lo suficientemente altos como para que salga bastante más rentable vender un barril a cañas que venderlo en distribución). Si se supone que las ferias deberían ser para mostrar el producto y darlo a conocer, ¿Por qué una buena cantidad de productores intentan sacar tajada de ellas? Según mi punto de vista, por la saturación que empieza a haber en este sector. Ahora mismo hay más oferta que demanda en muchos lugares, y esta falta de demanda hace que algunos se tengan que buscar la vida de la mejor manera posible, incluso intentando el imposible de ganar dinero donde casi seguro se pierde. Más de uno y más de dos, no ven cumplidas sus expectativas de ventas, y tienen que sacar el género en ferias, trabajando el doble y ganando lo justo. Hay otros que sí que utilizan las ferias con el fin de dar a conocer su producto, pero me atrevería a decir que son los menos, ya que, el ir a una feria supone trabajar más horas de las que ya trabajan, y además con una escasa rentabilidad.
Como acabo de apuntar, creo que uno de los problemas radica en la sobreoferta que vivimos hoy en día. ¿Es necesario organizar una feria en un pueblo de 2000 habitantes? Y volviendo al supuesto de que una feria sirve para mostrar el producto a un sector amplio de la población, ¿Alguien cree que puede salir rentable mostrar el producto a una población tan pequeña? ¿Cuánta gente de ese pueblo demandará luego los productos que se muestren allí?
El año pasado, 2014, fue el año del boom de las ferias, pero como todo en este sector, creo que poco a poco la cantidad de ferias se irá amoldando a las necesidades del mercado, y la forma de estas también. Hay que cambiar el concepto de feria, y eso se hará con el tiempo. Yo creo que las ferias tal y como las conocemos hoy en día están abocadas al fracaso. Poco a poco, creo que las ferias deberían focalizarse en núcleos urbanos grandes, en los que realmente merezca la pena viajar para acudir a ellos a mostrar el producto. Salvo ferias ya establecidas con un recorrido a sus espaldas, como pueden ser Mediona o Birrasana, creo que para el productor, no tiene sentido acudir a una feria en la que el público objetivo sea una cantidad de gente pequeña, o gente especializada que ya conoce el producto que se le presenta. 
Resumiendo todo lo expuesto en el post, que creo que al final ha quedado algo caótico, diré que a mi parecer, las ferias irán centralizándose poco a poco en ciudades grandes, en las que haya posibilidades de venta en el presente o en un futuro cercano, y que a ellas acudirán los productores de la zona, a los que no les suponga un gran esfuerzo el acudir, y que realmente son los que a posteriori van a vender su producto allí. En un futuro no muy lejano, creo que dejaremos de ver productores navarros en ferias extremeñas, catalanes en ferias gallegas y madrileños en ferias andaluzas. Para mostrar el producto a un gran público lejos de las fronteras de cada uno, ya empiezan a haber referentes nacionales, como por ejemplo el Barcelona Beer Festival, en el que se dan cita productores, distribuidores y clientes finales, y en los que el negocio no se hace detrás de un grifo, sino delante de ellos. Y yo creo que este es el verdadero fin que deberían tener estos eventos, el dar a conocer el producto, pero también el hacer lazos comerciales entre todas las partes interesadas del sector, ya que, al fin y al cabo, una feria o un festival, no debería ser una forma de negocio directo, sino, indirecto.

4 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo en que se debería focalizar más las ferias en nucleos urbanos más grandes pero aquí entra otro problema que no depende de organizadores y cerveceros, como es las NO facilidades que en muchísimos casos ponen los ayuntamientos de las grandes ciudades para organizar este tipo de eventos.

    Saludos!!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Efectivamente, como bien comentas, otro de los problemas sería el de las dificultades de los ayuntamientos a la hora de organizar eventos, pero yo creo que con un buen enfoque y con ganas, se pueden buscar espacios en las ciudades en los que poder organizar estas cosas. No hay más que buscar un poco para encontrar la feria de Vitoria del año pasado, el propio BBF y alguna otra feria que seguro se me escapa...
      Saludos!

      Eliminar
  2. Creo que ver las ferias actuales como negocio, habiendo tantas y cada vez más, es complicado. Seve (Sevebrau) nos dijo en Mediona el año pasado eso mismo que comentas, que muy posiblemente no ganara un duro con el desplazamiento de por medio, pero que le valía para dar visibilidad a su producto.

    Discrepo en tu visión de que no tenga sentido montar una feria en un pueblo pequeño. Si nos ponemos selectos y queremos novedades no tiene sentido, pero en cualquier pueblo de cualquier región se montan mercadillos los fines de semana y la gente sale a pasarlo bien e incluso los productores (no hablo de cerveza, sino en general) ganan dinero. No creo que solo deban existir ferias brutales, hay espacio para grandes ferias/festivales y ferias menores, el problema viene en que es cierto que hay demasiadas de las segundas y pocas, o muy pocas de las primeras.

    Pero al final, el público va a una feria a disfrutar y a pasarlo bien, no solo a hacer el friki probando las rarezas. Que me da la sensación de que hay veces que generalizamos una realidad de unos pocos a la del público general. En tu post hablas desde el punto de vista del productor, el profesional que vive de esto y del organizador, pero quizás te olvidas del consumidor al que le importa un pimiento todo lo que hay entre bambalinas y solo quiere pasarlo bien.

    Y donde me descolocas por completo es en eso de "las ferias selectas que existían hace años", no se donde estarían escondidas, porque vamos... Más allá de Mediona conozco pocas ferias que lleven muchos años.

    Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Efectivamente, una feria en un pueblo pequeño tiene sentido si se hace, como dices, para pasarlo bien, y por eso digo que las ferias como las conocemos hoy en día, con productores de distintas comunidades están abocadas al fracaso. Para pasarlo bien en una feria, basta con unos cuantos productores locales, y a eso es a lo que creo que vamos.
      Estoy de acuerdo contigo en que a veces perdemos la percepción del público general, que lejos de las frikadas, lo único que busca es encontrar y descubrir un producto nuevo.
      En cuanto a lo de las ferias selectas, igual no me he expresado bien, pero me re refería a esas pocas ferias (Mediona, Jafre...) que como bien dices eran escasas, y lo de hace años, no me estaba yendo a 15 años atrás, que evidentemente no existía nada de esto, sino a un par de años o tres, antes del boom del año pasado.
      Un saludo!

      Eliminar