Emprendimos el viaje emocionados, cual niño pequeño que le llevan por primera vez al circo. Iba a ser nuestro primer festival, y todo apuntaba a que iba a ser un gran fin de semana. Y lo fue.
Llegamos a Barcelona el Viernes a la hora de comer. En realidad ya no era hora de comer, pero da igual, puesto que, como pudimos comprobar, en esta ciudad siempre hay un sitio dónde comer sea la hora que sea.
Hacia las 18:00 horas llegamos al recinto. La primera impresión, fue de preocupación. Si a esa hora del Viernes, había semejante cola, ¿qué iba a pasar el sábado?
Por suerte, no tardamos mucho en entrar, la cola todavía se estaba formando, y había bastante gente que entraba y salía. Una vez dentro, la sensación fue de ilusión. Nada más entrar, se respiraba ambiente cervecero, hacía una tarde de ensueño, y el lugar era perfecto para enclaustrarnos, nunca mejor dicho, todo el fin de semana (lamentablemente, luego no sería así...).
Preveíamos que íbamos a gastar bastantes fichas, así que, como tenemos experiencia en eventos con funcionamiento similar, decidimos curarnos en salud, y hacer acopio de monedas, para hacer cola solo en la barra. 36 grifos nos esperaban al otro lado del claustro y un par de paneles nos informaban de todo lo que había para "tastar". Llévabamos la tarea hecha, así que la elección tampoco fue muy difícil. Éramos dos, y la posibilidad de probar cervezas se multiplicaba también por este número, aunque después muchas de ellas las acabaríamos pidiendo a pares.
No voy a comentar las cervezas que bebimos por dos razones. La primera, porque esto sería interminable, y la segunda, sinceramente, porque no conseguiría recordar los matices y peculiaridades de cada una de las cervezas, salvo que las hubiera apuntado, cosa que decidí no hacer para poder disfrutar plenamente de lo que probaba, y de la compañía que teníamos en cada momento. Solo diré que en el rato que estuvimos, probamos: Dalmoru de Agullons, Barleywine de Marble, Juliett de l´Anjub, Edició especial BBF de Guineu, Weer & Wind de De Molen, Rossa de glops, Fear de Brewfist, Xtreem Rosebud de De Eem y Gold de Krut.
Durante toda la tarde, el panorama que presentaba el claustro fue espectacular. Hubo momentos en los que, para mi gusto, sobraba gente, cosa que se solucionó en días posteriores controlando mejor el aforo del recinto.
No hubo tiempo para más, pero el cuerpo sí que lo pedía, así que decidimos coger el metro y apostar seguro. Llegamos a 2d2dspuma justo a la hora de cenar, así que pedimos algo sólido para llenar el estómago y decidimos ir probando todo lo que había de Zulogaarden, cervezas que llevábamos tiempo detrás, pero que no habíamos tenido ocasión de probar.
Empezamos por la Sang de Gossa;
Seguimos con Norai y Vibria;
Mientras dábamos buena cuenta de estas dos últimas, apareció susana con una botellita de la Viernes 13, cerveza que se presentaría y pincharía al día siguiente en el festival. Seguimos con la Arruganukas;
Y después de todo esto, solo había un final posible: 1000 IBU Ultramar de Mikkeller;
Después de este empacho de lúpulo, y con la cabeza ya en el día siguiente, decidimos retirarnos antes de que fuera demasiado tarde para nuestras papilas gustativas, a estas horas ya destrozadas...
Interesantísima a la par que completa velada!
ResponderEliminarLo bueno es que tras tanto post dando envidia por parte de todos los bloggers ya soy inmune a cualquier posible ataque de envidia cervecil! Jejeje!
Espero con ganas el próximo día!
Saludos!
Pau!
ResponderEliminarEstaba claro que los que no fuisteis lo ibais a vivir igual (o casi) que los que sí lo hicimos! En próximos días, subiré el sábado, que fue todavía más intenso.
Saludos!