El Domingo nos levantamos todo lo pronto que pudimos, que fue menos de lo que nos hubiera gustado, y nos dirigimos hacia nuestro objetivo; el claustro. Llegamos hacia las 12:30, y conforme nos hacíamos a la idea de la cola, decidimos cambiar nuestro plan sobre la marcha. Comeríamos pronto y volveríamos al recinto lo antes posible para pasar el mayor rato posible entre esas 4 paredes que llevaban todo el fin de semana resistiéndose. El día anterior nos habíamos topado por casualidad con el Cat Bar, una cervecería que aparecía en las últimas páginas de la guía y que tenía buena pinta. Nuestra sorpresa fue que más que un bar era un mercadillo de ropa...
Superada nuestra sorpresa, sin entender muy bien qué pasaba allí, decidimos entrar a echar una cerveza y decidir qué hacíamos, ya que comer, allí, no íbamos a comer... Pedimos una Punk IPA de barril y una Ausesken de botella, y las bebimos tranquilamente mientras la gente se paraba, entraba, miraba ropa, subía a probarse, bajaba y compraba... Es una sensación demasiado extraña la de estar bebiendo cervezas en una tienda-bar. Eso sí, para ser una cosa tan rara, la selección de cerveza no era nada, nada mala.
Salimos del local con la idea clara. Repetiríamos en una hamburguesería que se llama el Kiosko, y que habíamos estado el Viernes. No hay cerveza buena, pero las hamburguesas estaban de muerte. Segundo chasco del día; Había casi más cola que en el BBF, y como solo estábamos dispuestos a hacer cola para beber cerveza, decidimos buscar otro sitio por allí. A la vuelta de la esquina nos encontramos esto:
Entramos, pedimos una hamburguesa y un perrito caliente que nos comimos en la barra, ya que el comedor estaba lleno (¿En Barcelona los Domingos todo está a reventar?), pedimos la cuenta y la sorpresa fue mayúscula. 12€ la hamburguesa, 8€ un operrito caliente de mierda, y 2€ por cuatro aceitunas gordas que nos sacaron de aperitivo mientras esperábamos, y que no habíamos pedido. Pagamos y nos fuimos, no sin antes sacar esta foto de más arriba, para que cuando paséis por delante, salgáis corriendo de este concepto de hostelería que no llego a comprender. Si alguien puede justificar los precios que se cobran en este sitio, por favor que lo haga, porque hoy por hoy, me siento estúpido de haber entrado a comer aquí...
Olvidado este pequeño desliz y con la tripa más o menos llena, nos dirigimos al Convent, dispuestos a hacer cola y esperar lo que hiciera falta para entrar. Tuvimos suerte y la cosa fue rápida, así que fuimos directos a la barra y pedimos unas Tilquin Gueuze para empezar. En esto estábamos cuando un viejo conocido, Álvaro nos invitó a sentarnos en una mesa con él y con su amigo Raúl, de Bevirra, con quienes estaríamos hasta el final de la noche.
Con esta bonita estampa que aquí os dejo, fueron pasando las horas entre risas, entrevistas para la televisión¡! y cervezas como Mikkeller Black Hole White Wine, Freigeist Abraxxxas, Emelisse IRS Sorachi Ace, Marble Decadence, Nogne Imperial Stout, Rogue Brutal IPA y Nogne Kollaborator.
Para cuando nos dimos cuenta, ya casi no quedaba nadie, ni nada, podéis ver la desoladora estampa que presentaba la barra a las 20:00 horas, momento en el que solo quedábamos los incondicionales y los que no habíamos podido disfrutar del todo hasta ese Domingo. Bueno, también había caras conocidas a las que pudimos saludar como Susana y María del 2d2, y Guillem de Homo Sibaris, que también estaban aprovechando esos últimos momentos.
Viendo que empezaban a recoger y limpiar, decidí que era el momento de sacar las fotos que ningún otro blog sacaría, y de paso felicitar a Mikel Rius y compañía por todo lo que habían conseguido ese fin de semana. Esta era la perspectiva desde el otro lado de la barra...
El resultado de la batalla de los 3 días...
Y la última foto que saqué antes de salir por la puerta en contra de mi voluntad, ya que me hubiera quedado otros 4 días más.
Con esto termino nuestro periplo por el BBF, la siguiente nentrada la dedicaré a hacer una reflexión del festival, de las cervezas, y del fin de semana en general.
Menudas peripecias... tienda de ropa/cervecería, clavazo importante por una hamburguesa... jeje! Por cierto, que lo de las colas en los sitios por lo visto es una tradición dominical, ya que me lo habían advertido amigos de allí y lo pudimos comprobar en su momento...jeje!
ResponderEliminarPor cierto, según muchos las mejores hamburguesas de BCN están en OK Sarrià, doy fe de que pese al elevado precio estaban ACOJONANTES!
Saludos!
Hubiera estado bien que alguien nos hubiera avisado de lo de las colas Dominicales, y así igual hubiéramos ahorrado algo de tiempo, pero bueno, de todo se aprende, para el año que viene no dejaremos todo para el último día.
ResponderEliminarEn el Kiosko, las hamburguesas tienen el precio ajustado, y también están ACOJONANTES!jeje