

Salimos del local con la idea clara. Repetiríamos en una hamburguesería que se llama el Kiosko, y que habíamos estado el Viernes. No hay cerveza buena, pero las hamburguesas estaban de muerte. Segundo chasco del día; Había casi más cola que en el BBF, y como solo estábamos dispuestos a hacer cola para beber cerveza, decidimos buscar otro sitio por allí. A la vuelta de la esquina nos encontramos esto:

Entramos, pedimos una hamburguesa y un perrito caliente que nos comimos en la barra, ya que el comedor estaba lleno (¿En Barcelona los Domingos todo está a reventar?), pedimos la cuenta y la sorpresa fue mayúscula. 12€ la hamburguesa, 8€ un operrito caliente de mierda, y 2€ por cuatro aceitunas gordas que nos sacaron de aperitivo mientras esperábamos, y que no habíamos pedido. Pagamos y nos fuimos, no sin antes sacar esta foto de más arriba, para que cuando paséis por delante, salgáis corriendo de este concepto de hostelería que no llego a comprender. Si alguien puede justificar los precios que se cobran en este sitio, por favor que lo haga, porque hoy por hoy, me siento estúpido de haber entrado a comer aquí...
Olvidado este pequeño desliz y con la tripa más o menos llena, nos dirigimos al Convent, dispuestos a hacer cola y esperar lo que hiciera falta para entrar. Tuvimos suerte y la cosa fue rápida, así que fuimos directos a la barra y pedimos unas Tilquin Gueuze para empezar. En esto estábamos cuando un viejo conocido, Álvaro nos invitó a sentarnos en una mesa con él y con su amigo Raúl, de Bevirra, con quienes estaríamos hasta el final de la noche.

Para cuando nos dimos cuenta, ya casi no quedaba nadie, ni nada, podéis ver la desoladora estampa que presentaba la barra a las 20:00 horas, momento en el que solo quedábamos los incondicionales y los que no habíamos podido disfrutar del todo hasta ese Domingo. Bueno, también había caras conocidas a las que pudimos saludar como Susana y María del 2d2, y Guillem de Homo Sibaris, que también estaban aprovechando esos últimos momentos.

Viendo que empezaban a recoger y limpiar, decidí que era el momento de sacar las fotos que ningún otro blog sacaría, y de paso felicitar a Mikel Rius y compañía por todo lo que habían conseguido ese fin de semana. Esta era la perspectiva desde el otro lado de la barra...

El resultado de la batalla de los 3 días...

Y la última foto que saqué antes de salir por la puerta en contra de mi voluntad, ya que me hubiera quedado otros 4 días más.
