Una vez más llega fin de mes y esta vez desde la Logia Cervecera proponen un nuevo tema de debate. Esta vez se trata de confesar los pecados que cada uno realiza o ha realizado con la cerveza, esa bebida que veneramos, pero a la que a veces traicionamos. Por mi parte, he de reconocer que aunque no soy ni me considero un purista, sí que a veces hago cosas que normalmente desaconsejo y hasta me sientan mal que otros las hagan.
Puedo empezar diciendo que, efectivamente, a veces tomo Heineken, San Miguel, y otras porquerías similares, y lo hago gustosamente, y en verano, si puede ser en vaso congelado, mejor que mejor!!! También las bebo a morro de la botella, y a veces las mezclo con limón (esto último muy pocas veces...). Las he bebido en vaso de plástico, de cañero sin gas añadido y medio caliente... pero bueno, son gajes del oficio, que diría aquel, ya que no siempre es posible disfrutar de las mejores cervezas en todos los lugares, y otras veces, aunque sea posible, simplemente es más cómodo, o más recomendable, depende de la hora de la madrugada de la que hablemos, pedir lo más típico sin salirnos del rebaño.
Espero que esta confesión que tanto me ha costado hacer, no estoy acostumbrado a visitar confesionarios, no me haga perder lectores, sobre todo porque supongo que entre vosotros, también habrá muchos pecadores!!
PD: Iba a cerrar el post y me acabo de acordar de una acción de la que sí que debería confesarme, y es que, compré 12 Westvleteren en 2 tandas a dos vendedoras diferentes del monasterio, cuando, en la tienda, sólo se podían comprar 6 cervezas por persona. (Espero que entre todos los lectores que siguen el blog no haya ningún monje del monasterio!!)
No hay comentarios:
Publicar un comentario