
Recuperados, o casi, de un fin de semana de locura, de, como diría aquel, "cienes y cienes" de cervezas probadas (bueno, seguro que no tantas, pero unas cuantas sí que fueron), llega la hora de echar la vista atrás y valorar lo que hemos vivido estos tres días, en los que el tema principal ha sido la cerveza, y todo lo que la rodea. Otros años hemos hecho un amplio resumen de lo que ha sido el fin de semana, este año también lo podríamos hacer, podríamos contaros que estuvimos en el Museu Maritim muchas horas, que estuvimos con bastante gente del mundillo, bloggers, distribuidores, cerveceros, que conocimos Biercab, que comimos en Racó D´en Cesc (sobre esto habrá una entrada a parte, porque lo merece), que visitamos La Resistencia, La Mes Petita, un bar que nada tenía que ver con la cerveza, bueno sí, un par de Montseny nos tomamos, pero que hizo que nos trasladáramos al enfermizo mundo del coleccionismo, no cervecero, sino de todo tipo de muñecos y locuras... Bueno, el caso es que el fin de semana dio para mucho, pero este año nos centraremos en el festival, que era la excusa de la visita, y el objetivo principal de la misma.
Antes de que sigas leyendo, nuestra valoración del festival: GENIAL. ¿Se pueden mejorar cosas? Sí, claro, siempre, el festival perfecto no creo que exista, aunque el nivel del BBF empieza a ser más que considerable. Ya se han empezado a leer críticas por ahí con el tema de las colas, el aforo y demás. Algo hemos ganado, porque también he notado que los críticos con las cervezas son menos que el año pasado... Pero vayamos al grano.

Nuestra sensación es de que este festival va a más cada año, y eso es indudable. El trabajo que hace el equipo del BBF es como para ponerse a aplaudir el Viernes, y no parar hasta el Domingo. Realmente los que no estamos dentro, no somos capaces de imaginar lo qué conlleva el organizar un evento de estas características, y sobre todo, de esta magnitud. El nivel de las cervezas este año ha sido realmente alto. A pesar de que hubo momentos en los que no teníamos muy claro qué beber, pero más por culpa nuestra que de lo que había pinchado, en general, en todo momento hubo una oferta variada, tanto de estilos, como de cervezas nacionales/internacionales. Salvo un rato el Viernes, en el que no sabemos por qué extraña razón hubo bastantes grifos vacíos durante un rato, y que nos hizo dudar de cómo iba a ir el fin de semana en cuanto a barriles se refiere, el resto del tiempo pudimos disfrutar de un buen puñado de cervezas que merecían la pena. Es complicado contentar a todo el mundo con las cervezas. No es lo mismo, y lo vivimos en nuestras propias carnes, ser friki (nosotros mismos), o ser público con conocimientos bajos/medios (la gente con la que íbamos el Viernes). Mientras para ellos era relativamente fácil elegir algo entre la variada oferta, para nosotros era un poco más complicado, ya que había pocas cosas que quisiéramos probar de lo que, previamente, habíamos puesto en nuestra "wishlist" (graciosa palabra que nos hartaremos de ver escrita en los blogs a lo largo de esta semana).
La dirección que tiene que tomar el festival ha sido un tema recurrente en los círculos que se creaban alrededor de las cervezas. Algunos no entienden que un evento de este formato tiene que ir enfocado al público mayoritario. El fin de este evento, lógicamente, es no perder dinero. Bueno, en realidad es ganarlo, pero parece que a algunos les jode que esto sea un negocio. Porque sí, señores, esto es un negocio. Bueno, el caso es que si llenas los grifos de cervezas raras, imposibles de encontrar y caras, seguro que muchos de los "entendidos" del mundillo estarían felices, pero, probablemente, y siendo realistas, con lo que dejarían los "expertos", no sería rentable y el BBF habría desaparecido el primer año. Así pues, es necesario que haya cervezas que para algunos no son apetecibles, pero que para otro tipo de gente, es la primera opción. Esto deberíamos entenderlo todos, y a partir de aquí, discutir cuál sería el mejor formato para evitar las largas colas que se forman todos los años, sobre todo el Sábado.

Otro tema difícil de solucionar. Las colas. 2 horas para entrar en un recinto. Suena fuerte. Peor suena que esperes 1 hora, entres, te tomes 4 cervezas, salgas a comer y no puedas volver a entrar. Probablemente sea inaceptable, pero esto es así y la experiencia de otros años va espabilando a la gente, con lo que los interesados, suelen evitar los ratos de más afluencia. Probablemente sea uno de los puntos más negativos de este festival, pero también uno de los más complejos de solucionar. Escuché ideas de todo tipo, desde entradas por horas como en otros festivales, pases VIP, subir el precio de la entrada... no sé, es una cosa que deberá valorar el equipo del festival, pero que desde luego, es complejo y necesario darle un par de vueltas. Yo creo que el subir la entrada sí que podría ser una solución. por lo menos el Sábado. Poner una entrada con 10 fichas, por ejemplo, para obligarte a tomar 3 o 4 cervezas, ya me parece una criba importante, ya que el que va a husmear un rato, se puede gastar 7 euros por una cerveza, pero no pagaría 20 casi seguro. ¿Pases VIP? ¿Pagar más y tener la entrada asegurada? A parte de que se convertiría en una especie de Port Aventura, el verdadero problema de esto es el aforo limitado, y todavía sería más complicado controlarlo... ¿Entradas por horas? Sinceramente, creo que todavía no hay una demanda suficiente como para garantizar el lleno a todas horas, teniendo que comprar las entradas de antemano dependiendo de las cervezas que queramos tomar. En fin, un tema muy complejo, como ya decíamos...

Por último, no queríamos dejar de lado el tema del espacio. El festival todavía se está afianzando. Va creciendo cada año, y calcular las miles de personas que pasarán durante los tres días es imposible. Este año han debido de ser unas 25000 según anunció la organización ayer. Creo recordar que el año anterior fueron 26000. No es que este año haya habido menos gente, de hecho yo creo que el público y la demanda eran mayores, pero el aforo es lo que es. Buscar un sitio céntrico, lo suficientemente grande pero no en exceso, intuyo que debe de ser complicado. Personalmente, me quedo con el espacio del año pasado. Menos calor, más sensación de amplitud... Hubo momentos en los que pese a que el recinto estuvo siempre limpio (bravo por esas personas que andaban locos de un lado a otro recogiendo cristales cada vez que caía un vaso), su concentración de olores me recordaban a cualquier día de San Fermin. Y eso que no fue un fin de semana excesivamente caluroso, porque de lo contrario, no sé qué hubiera pasado, ya que el aire acondicionado no daba para más... Intuyo que este tampoco será el escenario final que la organización busca para el evento...
En fin, resumiendo. Que como cada año, hemos disfrutado como enanos, hemos bebido cervezas que no conocíamos, hemos vuelto a saludar a gente que vemos de año en año... y como cada año, no nos queda más que felicitar a todos los que han trabajado duro para que los "frikis" cerveceros como nosotros, y también los que no lo son, o no lo son tanto, nos hayamos vuelto a casa con un inmejorable sabor de boca. GRACIAS.